La sociedad murciana ha tenido hasta hace unos pocos años un fuerte y marcado carácter tradicional, transmitiéndonos un legado arquitectónico, cuyas construcciones muestran cuales fueron los medios de vida hasta épocas muy recientes, y constituyen un conjunto patrimonial de elevado valor histórico-cultural.
De hecho no se puede entender la historia de comarcas como la Huerta de Murcia sin sus norias hidraúlicas y los sistemas de riego artesanales, Sierra Espuña sin sus pozos de nieve, el Campo de Cartagena sin los molinos de viento, etc.
Ante la pérdida de funcionalidad de estas edificaciones, muchas han caído en desuso, con el consiguiente deterioro y abandono. Sin embargo norias hidraúlicas, molinos de viento, casas-cueva, pozos de nieve o almazaras, son un legado histórico y cultural esencial para el conocimiento de nuestra Región.
Desde las norias, acequias o azarbes de la cuenca del Segura, a los pozos de nieve de Moratalla, Caravaca o Sierra Espuña, los molinos de Bullas, el Campo de Cartagena y Torre Pacheco, las antiguas almazaras o las casas tradicionales, que albergan una cultura popular que se ha desarrollado y evolucionado bajo los tejados de barracas, cortijos, caseríos, etc.
Se trata del patrimonio de nuestros abuelos en el que se ve reflejado nuestra historia, nuestra cultura y nuestras raíces.