Llamado antiguamente Oxós, su origen se remonta a la rebelión de Aben-Hud, que desde el castillo de Ricote se sublevó en el año 1222, conquistando todo el valle. En 1281 el Infante Don Sancho prometió la entrega de la villa, junto con otras comarcas, a la Orden de Santiago, cumpliendo su promesa en el año 1285.
Destacan sus múltiples paisajes, caracterizados por el verde de la huerta de agrios y frutales, así como grandes palmeras que se elevan y destacan sobre el horizonte, en un entorno rodeado de montañas.
Entre los edificios de interés destaca la iglesia parroquial, de estilo mudéjar, y dedicada a San Agustín, que data de 1505. Contiene tesoros de eucaristía, imaginería de inspiración salzillesca, destacando: Señor crucificado, El Nazareno, La Dolorosa y el Cáliz de Oro.
Su gastronomía mezcla sabores moriscos, influencias manchegas, y los productos de la huerta de Murcia. Son típicas las gachasmigas, el arroz con conejo y los caracoles.
La economía del municipio se fundamentaba en las tareas agrícolas, destacando el cultivo de los cítricos como la naranja o el limón verna, aunque desde hace unos años, se está incentivando el turismo rural, con la incorporación de nuevos alojamientos.