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Narciso Ibáñez Menta (1912-2004)
En 1885 nacía en la finca familiar de Pozo Estrecho, propiedad de don Narciso Ibáñez y doña Carmen Cotanda de Ibáñez, Narciso Ibáñez Cotanda, actor de teatro que comenzaría entreteniéndose con sus compañeros de juegos escribiendo, dirigiendo y actuando en pequeñas obritas de teatro y llegaría a ser compañero de escenario de Julián Romea, Fernando Díaz de Mendoza y Juan Bonafé.
Narciso Ibáñez se casaría con la soprano Consuelo Menta, natural de San Sebastián, y que pasaría de la ópera a la zarzuela, integrándose en la compañía teatral de su esposo.
Puede decirse que Ibáñez Menta casi nació en un escenario, su madre interpretaba una zarzuela cuando tuvo que abandonar la función con cierta premura, dirigiéndose a la habitación de una casa de Sama de Langreo, Oviedo, donde nacería nuestro protagonista, un 25 de agosto de 1912, a las tres de la tarde.
Ibáñez Menta acompañó siempre a sus padres en las giras teatrales que estos realizaban por toda España, hasta el punto de que con tan solo tres años hizo su primera aparición en un escenario, imitando las actuaciones del resto de los componentes de la compañía.
Tras las giras por España la compañía de Ibáñez Cotanda firmó un contrato para actuar en Buenos Aires en 1919, y allí se trasladó la familia, llegando Narcisín, con siete años, a actuar en diversas obras de teatro como Los Granujas, de Carlos Arniches.
Aunque la familia realizó giras por otros países sudamericanos, a partir de 1931, Argentina fue el lugar de residencia familiar, falleciendo el padre de Ibáñez Menta en Buenos Aires en 1950 al igual que la madre, que lo haría 11 años más tarde.
La vida profesional del actor quedó vinculada a los escenarios argentinos, llegando a ser director de varias obras, llevando a los escenarios clásicos como el Doctor Jekyll y Mister Hyde, Fausto o El Fantasma de la ópera.
A partir de los años 40 comenzarían sus intervenciones en el cine donde puso en práctica su capacidad para transformarse por medio de caracterizaciones en las que el maquillaje jugaba un papel esencial. La temática de las películas del actor estaría muy vinculada a la ciencia-ficción y el terror, aunque de vez en cuando regresaría a los escenarios para dirigir clásicos como Muerte de un Viajante.
En los años sesenta, con su hijo Narciso Ibáñez Serrador tras las cámaras, llevaría a cabo la adaptación de obras de Edgar Allan Poe para la televisión, adelantándose con ello a las famosas producciones fílmicas de Roger Corman sobre el autor inglés.
Hasta los años ochenta Ibáñez Menta trabajó en Argentina y España, donde participaba en producciones de su hijo que, en poco tiempo, se había afianzado como un especialista en series de terror. Y así continuaría hasta que pasados los años ochenta volvió a establecerse y trabajar en su país de origen.
En 1992 la localidad de Pozo Estrecho lo invitó a pregonar las fiestas patronales. Y también se volcaría la diputación en el homenaje que se le rindió durante la Semana Internacional del Cine Naval y del Mar, viviendo una jornada memorable para todos los galileos en el que figuras del teatro español como López Vázquez o Esperanza Roy estaban presentes en un día dedicado al teatro. En 1996 se estrenó un pasodoble dedicado al gran actor.
El 25 de mayo de 2004 se apagaría una de las voces más peculiares de la escena española, quedando para los vecinos de Pozo Estrecho el recuerdo del actor y su saga familiar en una de las calles de la localidad.
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