Andrés Baquero Almansa
Andrés Baquero Almansa (1853-1916)
El espíritu de Andrés Baquero siempre le movió a interesarse por todo lo murciano, al tiempo que a preocuparse por la dinamización académica de la Región.
Formación
Este murciano, tras realizar sus estudios primarios y de bachillerato, dirigía ya a los 18 años una publicación literaria, La Ilustración Murciana, un semanario que intentaba acercar a los lectores los personajes murcianos más importantes en el ámbito de las letras.
Se trasladó a Salamanca y Madrid para realizar estudios superiores, obteniendo los grados de Doctor en Filosofía y Letras y Licenciado en Derecho. En Madrid sería encargado del Archivo de Presidencia del Consejo de Ministros, siendo también nombrado archivero de la Real Academia de la Historia.
Etapa Madrileña
Durante su estancia en la capital española, seguiría colaborando en distintas publicaciones como La Paz de Murcia y el Semanario Murciano, además de semanales madrileños. También comienza la publicación de sus "rebuscos", inspirados en los textos de crítica mordaz de Larra.
Los temas que escoge Andrés Baquero siempre tienen relación con Murcia y sus personajes más destacados, escribe sobre Polo de Medina, sobre Pérez de Hita, Salzillo, la Virgen de la Fuensanta o el Puente Viejo.
Cuando regresa a Murcia escribe para el Diario de Murcia y sigue con su interés por los temas locales, de esto último nace su Hijos ilustres de Albacete,(hay que recordar que en aquella época Albacete estaba englobada administrativamente con Murcia). Traduce obras de Alfred de Musset sin abandonar las investigaciones sobre el Licenciado Cascales o Saavedra Fajardo. Su aportación más destacada, y aún hoy referencia para historiadores, consiste en unos Catálogos de los profesores de Bellas Artes Murcianos.
Fue catedrático de retórica y Poética del Instituto de Murcia. Como Comisario Regio de la Universidad, (un cargo similar al de Rector), institución por la que siempre mantuvo un vivo interés, participó en su inauguración en 1915 con un discurso de apología del Derecho. Moriría al año siguiente de esta inauguración, a los 62 años.