La Ñora forma parte de la rica huerta que rodea a la capital municipal, con la particularidad de sus seis acequias: la Aljufía, Churra la Nueva, Alfatego, Churra la Vieja, Rejica y Beniscornia.
Por La Ñora discurre una de las acequias más grandes que vertebran toda la huerta de Murcia, es la denominada Aljufía, Acequia Mayor del Norte. Esta acequia tiene una extensión de 27 kilómetros, denominándose de distinta manera según la zona de Murcia que atraviese. Las acequias se componen de un complejo sistema de norias y aceñas que elevan el agua y la reparten por los huertos, este ancestral sistema está en uso desde época romana pero es ya con la llegada de los árabes cuando alcanza sus cotas más altas de aprovechamiento del agua.
Ya el licenciado Cascáles en el siglo XVII describía de manera precisa el sistema de riego de Murcia: El riego de las güertas de Murcia tiene de largo quatro azuda [el azud de la Contraparada] que dá el agua del río Segura á dos acequias principales, Aljufía y Alquibla, y á otra pequeña, llamada Churra la nueva: las quales acequias corren por medio la vega, ciñendo ambos lados al río, dando hijuelas -dividiéndose en canales pequeños- a una y otra parte por donde se gobierna todo el riego.
Tanto la Aljufía como La Alquibla son dos acequias mayores que se ramifican en otras conocidas como menores. Toda esta red de acequias aseguraba, y ha seguido asegurando a lo largo de los siglos, el agua necesaria en el riego de la huerta murciana que aún hoy rodea la capital murciana y que, en pedanías como La Ñora, se puede seguir admirando.
Huerta Tradicional
Lugares ideales en La Ñora que aún conservan el sabor de la huerta tradicional de antaño, son las huertas situadas en torno al denominado Lugarico y hasta el río Segura, límite natural de separación entre La Ñora y Alcantarilla y desde aquí hasta la huerta perteneciente a la ancestral rueda que aún sigue funcionando. Esta huerta es un lugar que aún conserva la misma imagen de hace siglos y que es idílico a la hora de hacer senderismo y disfrutar del frescor y la belleza que proporcionan los cultivos y las antiguas acequias aún en funcionamiento.
Estas acequias regaron durante siglos distintas zonas de huerta conocidas en la pedanía como La Hoya, El Pozo, Huerto de los Arcos, La Ventosa, Huerto de Frailes y el de Riquelme. Todas estas tierras estuvieron dedicadas al cultivo de frutales de hueso y ácidos, como el limonero, aunque actualmente la producción es mucho menor que en siglos pasados.
Destacan por su abundancia, también, las palmeras o palmitos, elemento destacable y muy típico de toda la zona de la huerta de Murcia.
Antiguamente se llegó a cultivar maíz, lino, aceite o cáñamo, pero la lógica evolución económica de la pedanía ha reducido los cultivos a algunos huertos de frutales que siguen embelleciendo una población moderna muy ligada a la dinámica de la capital municipal.
En cuanto a la fauna, abundan todo tipo de especies, aves, insectos, anfibios, etc. Destacan, sobre todo, el mirlo común, especie abundante en la zona denominado por los lugareños torda y el jilguero.