Altos y bajos en el siglo XIX
El comienzo del siglo XIX se asemeja al de la mayoría de diputaciones del Campo de Cartagena, experiencia calamitosa debido a las plagas y epidemias y consecuencias de la Guerra de Independencia contra los franceses. Tras la proclamación de la Constitución de 1812, 'La Pepa', El Albujón dejó de pertenecer a Cartagena, para pasar a estar regida durante tres años por el Ayuntamiento de Pozo Estrecho. Pasado este tiempo volvería administrativa y políticamente a estar bajo los auspicios del Consistorio cartagenero, aunque religiosamente siguió dependiendo de la parroquia de Pozo Estrecho.
A mitad del siglo XIX las minas de Mazarrón, Cartagena y La Unión comenzaron a resurgir de forma espectacular, lo que atrajo a la comarca a innumerables trabajadores llevados por la fiebre de las minas. El Albujón experimenta una notable recuperación, gracias al aumento de demanda de alimentos para los trabajadores y la consolidación de la producción del campo. A mediados de siglo contaba con aproximadamente 900 habitantes. Por estas fechas, la desamortización entregó a pequeños propietarios tierras que, hasta ese momento, habían pertenecido a eclesiásticos, lo que daría un nuevo empuje a la economía campesina.
La Guerra Civil Española
A principios del siglo XX existe movimiento económico en El Albujón y la carretera que une las poblaciones de Murcia y Cartagena se comienza a ver como una fuente de ingresos, instalándose surtidores de gasolina y tiendas. Hubo bonanza económica en la localidad, simultáneamente se despertaron inquietudes intelectuales, fruto de las cuales surgiría en 1923 la Sociedad Instructiva y Recreativa, que fomentaría la organización de actos sociales y culturales. De esta misma época data también la Sociedad de Socorros Mutuos, concebida para ayudar a los obreros, pobres, desfavorecidos y enfermos.
Por otro lado, la pedanía iría adquiriendo, progresivamente, una identidad definida. Así, la Ermita de El Albujón, dependiente de Pozo Estrecho, pasó a ser parroquia independiente a principios de siglo, lo que sería celebrado profusamente. Social y políticamente la vida de España estaba muy agitada: por la carretera de El Albujón pasaría el Rey Alfonso XIII de camino a Cartagena para partir hacia el exilio, se había proclamado la II República y cinco años más tarde estallaría la Guerra Civil Española (1936-39). El Albujón estaba, al igual que Cartagena, en zona republicana, y así permaneció hasta el final de la guerra.
La vida tras la Guerra Civil Española
Tras la victoria nacional vinieron los años de racionamiento de alimentos y escasez, aunque a mediados de los 50' comenzaría un discreto auge de la maquinaria agrícola y la automoción, que ayudaría en las labores agrícolas. La situación casi se normalizó en esta década, ya que volverían las reuniones en la Sociedad Instructiva de Socorros Mutuos. De nuevo se escribió en los libros de la parroquia y recobraron la imagen de pueblo con la apertura de nuevos comercios. También se ampliarían las infraestructuras y se modernizaría el pueblo, instalando teléfonos, taxis, luz eléctrica, reparación de carreteras, motocicletas, vehículos SEAT 600, el Bar Pedrín, las fiestas de los barrios...
El verdadero impulsor de la economía local fue el trasvase Tajo-Segura en la década de los 80'. Con las aguas llegaron también las nuevas empresas y la innovación en la agricultura tradicional, adaptándose a una nueva etapa de prosperidad y crecimiento, igualándose a todos los del municipio de Cartagena y de la Región de Murcia. Sería definitivamente a partir de 1995 cuando se establecieron grandes empresas de talleres del sector del metal, del automóvil, del transporte, del mármol y de la construcción. En la actualidad predominan en El Albujón el sector servicios y el industrial, y en el núcleo urbano crece la población, mientras que decrece en los caseríos.