Cabezo del Calderón-Perín
Palmito (Chamaerops humilis) con apariencia de pequeña palmera
Jose Antonio López Espinosa
El Cañarico
Bellardia trixago, hierba de los pastizales y matorrales de las zonas cálidas de nuestra Región
José Antonio López Espinosa

     Comprenden una muy diversa variedad de formaciones vegetales dominadas por especies de porte arbustivo. En general, se trata de monte bajo con arbustos, hierbas perennes altas y pequeñas plantas o matas, con frecuencia resultado de etapas seriales de degradación de la clímax.

     Tratando en sentido amplio a los matorrales podemos incluir en estos a los pastizales asociados, que crecen en mosaico, en superficies reducidas, al amparo del desarrollo de otras especies de mayor tamaño.

     Además, no podemos olvidar que muchos matorrales crecen bajo el dosel arbóreo de los bosques, constituyendo entonces, como estrato arbustivo, parte del sotobosque que enriquece a estas formaciones.

     Con frecuencia pueden reconocerse rodales o pequeños grupos reducidos en extensión y poco estructurados de diversos matorrales, inmersos en otros mayoritarios o predominantes. Por ejemplo, es habitual que ciertas especies arbustivas, como la sabina común (Juniperus phoenicea), la albaida (Anthyllis cytiosides), el palmito (Chamaerops humilis), etc., se encuentren entre el espartal (Stipa tenacissima) de las laderas soleadas y secas de la franja litoral, donde no se reúnen las condiciones óptimas para que desarrollen como elemento dominante de la vegetación.

Matorrales murcianos

     Algunos ejemplos de matorrales murcianos, de entre los más destacables que podemos citar son: los espartales de esparto (Stipa tenacissima), tan extendidos por toda la Región, los albardinales de albardín (Ligeum spartum), en las estepas salinas y terrenos margosos, los romerales de romero (Rosmarinus officinalis), los jarales de jaras de terrenos silicios (C. ladanifer, C. monspelliensis, C. laurifolius, etc.) o calizos (Cistus albidus, C. clusii, etc.), los barronales de barrón (Ammophila arenaria), propios de los arenales costeros y sistemas dunares, los albaidares de albaida (Anthyllis cytisoides), tan frecuentes en determinados enclaves silíceos de Puerto Lumbreras y montes de Águilas, los palmitares de palmito (Chamaerops humilis) y otras tantas formaciones arbustivas singulares de la franja litoral definidas por la aliaga (Calicotome intermedia), arto (Maytenus senegalensis subsp. europaea), cornical (Periploca angustifolia), etc., los coscojares de coscoja (Quercus coccifera), tan habituales en el sotobosque de muchos pinares, los sabinares de sabina común (Juniperus phoenicea), los tomillares de diversas especies de tomillos (Thymus hyemalis por la costa y valle cálidos, T. vulgaris por el interior y otras especies), los matorrales de genistas (Genista scorpius), con Euphobia nicaeensis e incluso Ononis aragonensis del Noroeste y así un largo etcétera.

Matorral de montaña

     En las zonas cumbreñas de las montañas se presentan matorrales pulvinulares, caracterizados por plantas espinosas (o de tallos cortos, rectos y rígidos) y de porte almohadillado, con cojín de monja (Erinacea anthyllis), cambrón (Genista longipes subsp. longipes) y cucharillas (Hormatophylla spinosa).

Zonas de yesos

     Y finalmente, en las zonas de yesos, sustrato que tanto condiciona el desarrollo de la vegetación y poco gusta a las plantas, predomina un conjunto de pequeñas matas de Herniaria fruticosa, Ononis tridentata y varias especies de Teucrium endémicos como el tomillo amargo (T. libanitis) y T. balthazaris, a modo de matorral muy abierto y bajo de pequeños arbustillos.

Pastizales

     Los pastizales predominantes en Murcia los constituyen los lastonares de lastón (Brachypodium retusum), especie común y que forma densos tapices en el sotobosque de nuestros pinares. En la zonas altas, creciendo sobre los suelos poco profundos de nuestras cumbres más elevadas, se presentan extensos lastonares de otra especie (Helictotrichon filifolium). Por lo general, los pastizales están formados por numerosas especies de gramíneas y otras especies de diversas familias, tanto anuales como perennes. Son tantas, que no enumeramos tan siquiera un breve listado por la cantidad de ausencias que quedarían aun realizándolo lo más completo posible.

J. A. López Espinosa