Esta Región del Mediterráneo, al estar encuadrada en la extremidad suroriental de las Cordilleras Béticas, estuvo sometida a una intensa deformación alpina y posteriores movimientos orogénicos. La actual configuración geológica de su margen continental es fiel reflejo de dicho proceso.
Importantes diferencias de pendiente de unos fondos a otros, junto con un importante número de elevaciones rocosas, algunas de las cuales al emerger por encima de la superficie del mar dan lugar a islas, islotes, esculls o chapas, configuran una topografía superficial de la plataforma de nuestro litoral nada homogénea. El talud continental también es irregular y esta surcado por varios cañones submarinos.
La distribución de los sedimentos que componen la capa superficial de la plataforma y de la parte superior del talud es función del tamaño de grano de los mismos, de tal forma que los granos más gruesos y pesados (gravas y arenas) se sedimentan más próximos a la costa, mientras que los de granulometría más fina (limos y arcillas) se depositarán más alejados de la misma. Esta pauta se rompe como consecuencia de ciertas actividades antrópicas costeras (Portmán).
El litoral sumergido de Murcia presenta dos tramos muy diferenciados: de Cabo de Palos hacia el sur y de Cabo de Palos hacia el norte (figura 1). En el primer tramo, la plataforma es muy reducida, variando su anchura entre los 2'5 km que tiene frente de Cabo Tiñoso y los 11 km que tiene en las proximidades de Cabo de Palos. La pendiente media varía entre 0'18 y 0'19% hasta Cabo Tiñoso, suavizándose a medida que se avanza hacia el límite con Almería. El talud continental comienza entre los 100 y 200 m de profundidad, es estrecho, de unos 10 km de anchura y con grandes irregularidades morfológicas, entre las que destacan varios cañones submarinos: Punta de Calnegre, Cabo Falcó-Cabo Tiñoso y los tres restantes entre Peña Manceba y Punta Espada.
En el segundo tramo, la plataforma se ensancha considerablemente y pasa de 15'5 km que tiene frente a Cabo de Palos a 32 km en los escullos del Mojón, que con una pendiente media de 0'65% es ya una plataforma bien desarrollada. El talud comienza a los 150 m de profundidad, presenta un relieve uniforme y una anchura de entre 40 y 52 km.
En ambos sectores, el talud termina en la llanura abisal Argelo-Balear, extensa llanura de más de 2.600 m de profundidad.
El margen continental es de tipo abrupto en el primer tramo, mientras que es de tipo intermedio en el segundo.
La forma y naturaleza del fondo marino se deben de tener muy en cuenta a la hora de controlar la evolución de los impactos que afectan al medio marino, pues la particular configuración de determinadas áreas puede acrecentar la agresión negativa de las acciones humanas.
Juan Carlos Calvín