El clima: Motor de su hidrología
El clima al que se ve sometida la región mediterránea, aunque complejo y con fuertes contrastes por la situación geográfica y por la compleja topografía existente en las costas, mantiene unas constantes que lo caracterizan. Se produce una sequedad más o menos completa durante el verano, presentándose las máximas precipitaciones durante la primavera y el otoño.
La oscilación térmica anual es moderada, al producirse veranos calurosos e inviernos suaves. La insolación, aunque importante a lo largo de todo el año, presenta un máximo estival.
Esta climatología hace que en el Mediterráneo no se compensen las pérdidas de agua debidas a la gran evaporación que se origina como consecuencia de la insolación y de los vientos reinantes, con el insuficiente aporte de agua de los ríos y lluvias (sólo la mitad de lo evaporado). Este déficit crónico conduciría a la desecación del Mare Nostrum en poco más de 2.000 años si las pérdidas no se compensasen con la entrada de agua atlántica a través del estrecho de Gibraltar, siendo estas circunstancias la causa de su peculiar hidrología.
Juan Carlos Calvín