El período que va de 1879 a 1902 incluye la que podríamos considerar como primera época del ciclismo murciano. Llegan los primeros velocípedos y se celebran las primeras carreras en pista cerrada y, al tiempo, tienen lugar las primeras aventuras de carácter regional. La prensa fue sensible al fenómeno desde el primer momento y su apoyo fue incuestionable.
En primer lugar hay que destacar la labor del DIARIO DE MURCIA, cabecera que aparece y desaparece varias veces desde 1792 a 1981. La etapa del ciclismo aventurero la ocupa en gran medida, téngase en cuenta que resurge precisamente en 1879 con José Martínez Tornel, al frente. El Diario de Murcia era un periódico modesto, de cuatro páginas, que se vendía por 4 reales al mes, editándose seis días a la semana y descansando los lunes. Pasados unos quince años, llegó a ser diario y editar mañana y tarde. Todavía no disponía de los equipos de redacción ni de corresponsales como los de hoy día, de manera que la totalidad de la labor periodística recaía sobre los hombros de su director (Crespo:2000:156). A pesar de ello, llegó a ser el periódico más leído, con sus notas locales, noticias regionales, artículos de opinión, siempre en defensa de cuestiones murcianas, hasta su desaparición temporal en 1903. Pues bien, casi todas las semanas publicaba alguna noticia relativa al ciclismo, ya fueran carreras, ensayos, el nacimiento de algún club, los aficionados y, por supuesto, sobre la evolución de los cinco años de vida del increíble Recreative y Sport Garden, con su velódromo.
Un segundo periódico digno de mención por el tema que nos ocupa fue el MURCIA CICLISTA. Fue la primera publicación deportiva regional y, además, nació ya dedicado como su propio nombre indica, al ciclismo. Ubicó la sede en el Plano de San Francisco nº 3, segundo piso y desde sus páginas promovió la creación de un club ciclista murciano. Convocó a todos aquellos que apoyaban la idea a una reunión que se celebró en el Café Oriental en julio de 1895. Entre los asistentes destacaron personajes como: Antonio Peñafiel, A. Flores Puigcerver, Bartolomé Cascales, Clemente Echagüe, Antonio y Domiciano León, Enrique Renard, Ricardo Carpio, Antonio Pérez, Antonio Ugena y Nicolás Sánchez. Desgraciadamente, la información obtenida no pasa de ser referencias de la prensa de la época puesto que no hemos podido hallar ningún ejemplar de este periódico deportivo que por otra parte, debió durar muy poco.
EL LIBERAL nació casi con el siglo XX, saliendo a la calle en el verano de 1902. Situó la sede en la actual calle Jara Carrillo y desde ella irrumpió con fuerza desde el primer número dedicando numerosos artículos a la cultura murciana. Contó con la colaboración de los mejores escritores del momento, incluso llegó a estar dirigido por Pedro Jara Carrillo. Aunque en esta primera etapa, hasta 1923, no prestó demasiada atención al ciclismo, al inicio de la dictadura de Primo de Rivera y la posterior República (1923-1939), se convirtió en un periódico imprescindible para conocer al menos de vez en cuando el estado del ciclismo regional. Sin embargo, fue sobre todo entre 1924 y 1936 cuando se hace imprescindible la consulta de sus páginas para seguir con rigor las vicisitudes cotidianas de este deporte: carreras, concursos, clubs, aficionados, etc
LA VERDAD salía a la calle en 1903; entonces nadie podía augurar que se convertiría en el decano de la prensa regional. Desde sus primeros números se le observa un cierto talante más religioso que político, cultural, social o deportivo. Eran años de duros enfrentamientos laborales, de lucha obrera por conseguir acortar jornadas de hasta doce horas y aumentar salarios, de nacimientos de asociaciones de trabajadores. La Iglesia católica quiso tener voz en la calle y este diario le sirvió de órgano propio de expresión durante aquella época. A lo largo de sus primeros veinte años de existencia, cambió varias veces de director y de sede, centró sus contenidos en cuestiones de tipo religioso y en menor medida en noticias de ámbito local o regional. Al igual que El Liberal, inició a partir de 1923 una nueva andadura que abarca desde Primo de Rivera hasta el inicio de la Guerra Civil. En esta nueva etapa, mucho más cultural, va ampliando páginas y variedad de noticias e introduce lentamente eventos deportivos, sobre todo futbolísticos. Lamentablemente, de estos primeros 33 años del periódico (1903-1936) han desaparecidos dos décadas completas de ejemplares, por lo que ha resultado muy difícil seguir su trayectoria.
MURCIA DEPORTIVA fue sin duda la revista que más noticias aportaría sobre el ciclismo de los años veinte y treinta del siglo XX. Nacida en 1921, se dedicó en especial al fútbol. Salía a la calle semanalmente y salvo unas decenas de revistas, la colección se conserva casi completa. Cada ejemplar ofrecía al lector 16 páginas de noticias deportivas ilustradas con fotos. Se hace imprescindible su lectura para el conocimiento de las principales carreras ciclistas celebradas en la Región, saber cuántos y cuáles eran los clubs existentes, quiénes los principales ciclistas aficionados ó profesionales; incluso brindaba los tiempos de ejecución de las pruebas. En 1923 fijó su sede en la calle Platería, justo al lado del lugar que ocupó el primer club ciclista de Murcia. En 1930 llegó a organizar una gran carrera de 85 km de recorrido en la que se consagró José García Medrano.
CARTAGENA ILUSTRADA fue una revista quincenal que salió a la luz en 1925 perviviendo 'que sepamos- hasta 1929. Solía ilustrar su portada con la foto de alguna bella señorita de las familias cartageneras. En sus páginas, dedicadas a temas culturales y de la vida cotidiana y social de la ciudad, abundaban las fotografías. En lo deportivo, ocupaba lugar destacado el fútbol, aunque tampoco faltaba algún recuadro dedicado a las carreras de bicicletas en los distintos barrios de la ciudad departamental e incluso en otros puntos de su ámbito de influencia como Torre Pacheco.
Existieron además otras publicaciones de menor entidad por lo que a información deportiva se refiere como La Paz y El Tiempo, en Murcia. El primero apareció en 1858 y desapareció en 1896; aunque presenció parte del origen del ciclismo regional, apenas si dispensó alguna que otra noticia asilada sobre el tema quizás porque su orientación era principalmente política. El Tiempo salió a la calle en 1908 y se mantuvo hasta bien entrada la contienda civil. Estuvo dirigido por Nicolás Ortega Pagán. En sus páginas se mezclaban todo tipo de noticias, opiniones, temas culturales y anuncios, pero en 1927 llegó a organizar la vuelta ciclista a la ciudad de Murcia.
En Cartagena se ocuparon en alguna que otra ocasión del ciclismo: la revista deportiva y cultural Carthago Moderna (1907-1908), El Espectador (1911-1912) que informaba sobre todos los espectáculos, incluidos los políticos; La Voz Cartagenera (1923) dedicaba sus páginas semanales a la cultura, los deportes y los toros; y por último El Aladroque (1933), semanario de contenido cultural (teatro), taurino y deportivo.