Clase: Sedimentaria carbonatada química


Descripción

Son rocas compuestas en más de un 90% por carbonato cálcico- magnésico (dolomita). Aunque son más resistentes a la meteorización que las calizas, en su aspecto son muy parecidas, por lo que a veces es difícil de discriminar entre ambas sin realizar algunos ensayos.

En muestra de mano podemos intentar reconocerlas por la confluencia de varias características como su color, que suele ser gris oscuro o negro (en dolomías triásicas), gris claro (en calizas dolomitizadas jurasicas) o en tonos pardos amarillentos o pardo rojizos de distribución irregular (dolomías cretácicas) y por la ausencia de fósiles. Pero el criterio definitivo para distinguirlas de las calizas es la ausencia de efervescencia con HCl al 10 % en frío.

En el paisaje, se distinguen por dar relieves oquerosos y en torteas y pináculos, que recuerdan a antiguas edificaciones en ruinas, o resaltes más o menos redondeados cuya superficie recuerda la piel arrugada de un elefante. Suelen aparecer masivas o en grandes bancos y carecen de estratificaciones definidas.

No obstante, la distinción suele ser complicada para los profanos en la materia, e incluso a veces para los geólogos, por lo que se debe recurrir a ensayos químicos o a otras técnicas más complejas, ya que existen rocas mixtas entre ambas: caliza magnesiana (entre 95 y 90 % de calcita y resto de dolomita), caliza dolomítica (entre el 90 y 50 % de calcita), dolomía calcárea (entre el 50 y 90 % de dolomita), etc.

Ambiente de formación

La mayoría de las dolomías se originan por sustitución de Mg por Ca en las calizas (dolomías secundarias), como ocurre en las calizas dolomitizadas y dolomías del Jurásico inferior y Cretácico superior de Murcia. Este proceso genera que se pierdan la mayor parte de las estructuras que existían en las calizas (fósiles, estratificaciones, etc.).

Las dolomías primarias, se suelen formar en lagunas salobres sometidas a un clima caluroso y seco, donde se dan importantes procesos de evaporación, que propician la precipitación de carbonatos y posteriormente de sulfatos y haluros, como ocurrió durante el Triásico en gran parte del mundo. Otro origen es por precipitación directa en los medios marinos, como sostienen algunos investigadores.

Localidades

Las formaciones más importantes de dolomías en la región, se localizan coronando gran parte de los relieves alpujárrides de Águilas, Mazarrón, Cartagena, Puerto Lumbreras y La Unión. Pero existen afloramientos dolomíticos en casi todos los relieves murcianos, ya que son rocas muy abundantes en el Jurásico inferior representado en las sierras de: Barinas, Quibas, la Pila, Lugar, Corque, Ricote, Oro, Burete, Quipar, el Gavilán, los Álamos, el Cerezo, Villafuertes, Moratalla, Mojantes, Sierra Espuña, etc. Así como, en el Cretácico superior de las sierras de: la Muela (Moratalla), el Puerto, Ascoy, Larga, Sopalmo, Carche, las Pansas, Salinas, Enmedio, el Molar, la Magdalena, Tobarrillas, etc. Todas ellas, al igual que las del Jurásico inferior y casi todas las alpujárrides, son de origen diagenético. Mientras que las dolomías triásicas de las zonas externas son de origen primario y dan pequeños afloramientos en la base de las sierras subbéticas (Sierras de la Pila, Lugar, Oro, Ricote o Quipar) y en el triángulo Caravaca de la Cruz-Calasparra-Bullas.

Usos

Las dolomías tienen un aprovechamiento semejante al de las calizas, pero mucho más limitado. Se emplean en la obtención de áridos para soleras, hormigones, líneas de ferrocarril y el asfaltado de vías de comunicación, para ello las canteras  suelen estar en zonas cercanas a grandes fallas o bases de cabalgamiento, porque la dolomía aquí se encuentra muy fragmentada. Como piedra de escollera en puertos, para mampostería y en menor medida fue utilizada para la obtención de sillares, adoquines y cal. Algunas dolomías muy compactas se aprovechan como rocas ornamentales (marrón imperial).

Antonio del Ramo
Francisco Guillén