La vida tradicional en la Huerta de Murcia era apacible y laboriosa.
La modesta familia huertana trabajaba afanosamente en la cría del gusano de seda y en las parcelas de cultivo circundantes, cuajadas de frutales y hortalizas. Los pequeños animales como gallinas, conejos y cerdos, les servían para completar su alimentación.
La familia huertana convivía en estrecha relación en el modesto espacio interior de unas barracas que constituían las casas rurales huertanas por antonomasia, ejemplos de como la arquitectura doméstica puede ser concebida como un verdadero instrumento de trabajo.
Cuando las duras jornadas de trabajo finalizaban, y la luz tibia y anaranjada del atardecer bañaba hortalizas y frutales, los huertanos gustaban de celebrar bailes de jotas, malagueñas y parrandas, y de competir en juegos como los bolos y el caliche, donde los más mozos alardeaban de sus habilidades.
El nacimiento de la Huerta de Murcia
La Huerta de Murcia nació de manos del pueblo árabe en la confluencia de los ríos Segura y Guadalentín. Los musulmanes supieron extraer las aguas del Segura y distribuirlas por la huerta.
Para ello crearon un complejo sistema hidrológico, predecesor del actual sistema de regadíos, a partir de la presa de la Contraparada. Este sistema sería el punto de partida de un sabio aprovechamiento que hace que las aguas se introduzcan en la vega.
En la huerta, las aguas se distribuían a través de acequias, permitiendo el cultivo de frutales, cítricos y hortalizas. Las acequias mayores que discurren por ambas riberas del Segura son la Alquibla y la Aljufía.
En el siglo XVI los moriscos granadinos introdujeron la morera en la Huerta de Murcia. Este árbol era usado en la construcción de barracas, en el mobiliario, y como alimento para el gusano de seda. La morera se convirtió en la gran fuente de riqueza de Murcia hasta bien entrado el siglo XIX.
Los huertanos emplearon este producto como complemento para su economía y supieron armonizar su producción con la del cultivo de hortalizas y cereales.
Pero, poco a poco, la morera sería desplazada por un cultivo apenas valorado hasta entonces: el naranjo.
Ámbito geográfico
La Huerta de Murcia se extiende por la Vega Media del Segura, a lo largo de la llanura fluvial surcada por este río y su afluente el Guadalentín, popularmente conocido a su paso por Murcia como El Reguerón.
La huerta murciana se encuentra flanqueada por dos alineaciones montañosas que bordean paralelamente la llanura en la que se asienta. La más próxima al mar se compone de las sierras de Carrascoy, Puerto de la Cadena, Cresta del Gallo y Miravete, elevaciones de mayor porte y altura que los cabezos de Espinardo, Torres, Monteagudo, Esparragal y las Peñicas, que componen las alineaciones interiores y que sobresalen entre el mar de verdor huertano.
La Huerta de Murcia está compuesta por los municipios de Murcia, Beniel, Santomera y Alcantarilla.
Molina de Segura cuenta también con una fértil huerta, cuajada de frutales y hortalizas, regada por las aguas del río Segura, que discurre al poniente de la población. La Huerta molinense se extiende principalmente por las pedanías de El Llano, Torrealta y La Ribera de Molina.