Aljucer musulmana
La presencia de un puente sobre la acequia Alquibla, en el camino mayor de Murcia a Cartagena y la fertilidad de estas tierras, provocó la progresiva concentración de pobladores hasta conformar un número tan relevante como para construir una pequeña mezquita para proporcionarles servicios religiosos.
Existían pequeños núcleos de población musulmana diseminados por la huerta de Aljucer. Entre ellos se encontraban Rabat Algidit, Albadel o La Alfarraya. Eran pequeñas alquerías (explotaciones agrícolas), cuya estructura y funcionamiento permaneció igual tras pasar a manos cristianas, cambiando solo la denominación.
Aljucer cristiana. Señorío huertano
El reino musulmán de Murcia se convirtió en vasallo de Castilla en 1243, por el Tratado de Alcaraz, siendo definitivamente conquistado en 1266. En estos años se dan los repartimientos de tierras entre los vencedores. Es así como, por vez primera, el nombre de Aljucer apareció en un documento. Fue en los Repartimientos de Murcia, de 1272 y 1275.
El primer señor jurisdiccional de Aljucer fue Gonzalo Pagán Riquelme, esposo de Constanza Monreal Fajardo. Ésta recibió Aljucer por herencia compartida con la familia Ayala, linaje nobiliario de origen vasco, que acabaría detentando el señorío.
Los huertanos construían sus barracas alrededor de las llamadas casas-torre, edificios de dos plantas, rematados por un campanario o mirador. En caso de incursión musulmana desde la costa o desde el reino nazarí de Granada, los jornaleros y sus familias buscaban refugio en estas construcciones.
Algunas de ellas han llegado a la actualidad y su nombre se debe a los propietarios de las tierras circundantes. En Aljucer destacan: Torrehidalgo, Torre Elena, Torresalinas, Torre don Miguel, Torre de los Alburquerques y Torre Poyo.