Obra
Manolo Belzunce define su obra
Manolo Belzunce pasa al día 10 y 12 horas en su estudio, un estudio vivo. En ocasiones los amigos han tenido que rescatarlo próximo al desmayo. Esto tiene que ver con su insobornable amor al arte, que ha puesto por encima de cualquier otra causa en su vida.
Según sus propias palabras en una entrevista concedida a la Universidad de Murcia, Belzunce define su obra de la siguiente forma:
Yo siempre he estado alrededor de un expresionismo realista. Soy un pintor que dibujo bien, y esto me ha facilitado las cosas. A mí me gusta introducir figuras en mis cuadros, siempre lo he hecho.
En mi obra siempre hay una búsqueda, no soy un pintor que se quede en un estilo. Estoy muy lejos de esos pintores que hacen siempre la misma obra, con una trayectoria muy definida y que acaban siendo conocidos por un determinado tipo de pintura. Yo prefiero romper con lo anterior. Cada exposición mía es nueva. Pienso que el artista no debe estar instalado en la comodidad de un estilo inamovible o en el hecho de que a la gente le guste esa clase de pintura para así poder venderla. Yo, en cada momento, hago lo que me gusta.
Manolo Belzunce no acude con una idea preconcebida a la hora de comenzar una de sus obras, empieza siempre por la mancha:
En pintura es muy importante: no atosigar al cuadro. Cuando entro al estudio por las mañanas y miro el cuadro, siento como éste me mira y él mismo me va diciendo las pausas. El lienzo en blanco no constituye ningún problema para mí. Todo lo contrario, yo siento como una felicidad plena el hecho de pintar todos los días. Ese es el modo en el que se saca una obra adelante, con el trabajo constante. Todo eso de las musas es una tontería, hay que estar al pie del cañón, el cuadro necesita que lo vayas tocando y viendo. Es algo tuyo que está naciendo. Si lo dejas, se muere.