Su trabajo como redactor no hizo que Martínez Tornel descuidara su faceta de poeta. El reconocimiento popular le llega a través de los Juegos Florales, que se celebraron por primera vez en Murcia el 4 de mayo de 1873. Se trataba de una revivificación de las fiestas poéticas establecidas en el siglo XV por el Rey Juan I de Aragón a imitación de las de la Provenza francesa, que renacieron en Barcelona en 1859. En la edición de 1874 fue premiada la poesía 'El busano de la sea', una poesía en lenguaje huertano que Martínez Tornel dedicó a los criadores de gusano de seda. En sucesivas ediciones el jurado premió otras composiciones de Tornel, a quien le fue otorgada la Flor Natural (el máximo galardón de los Juegos Florales) por su obra Romances murcianos en 1878.
En la década de 1870, la ciudad de Murcia vive un renacimiento cultural con diversas tertulias en las que se reúnen las personas más destacadas de la alta sociedad y de las letras murcianas. Por su especial relevancia destacan las tertulias en la casa del propietario Pedro Pagán cerca de la plaza de Santo Domingo. Allí se reunieron por primera vez el 15 de diciembre de 1875 el literato Andrés Baquero, los poetas Ricardo Sánchez Madrigal y Ricardo Gil, el erudito Pío Tejera, el futuro ministro Antonio García Alix y el entonces redactor de La Paz José Martínez Tornel. Aquellas tertulias tenían lugar los viernes por la tarde y en ellas se hablaba de cultura y se leían en público trabajos científicos y literarios. Los asistentes nombraron presidenta de honor a Leonor Guerra, esposa de Pedro Pagán, quien tomaba parte activa en aquellas tertulias. De las reuniones literarias surgió una revista: El Álbum, cuyo primer número apareció el 27 de septiembre de 1876, una publicación de ocho páginas que sirvió de órgano de expresión a las tertulias y en cuyas páginas colaboró Martínez Tornel. Al mes siguiente la reunión contó con la presencia de Emilio Castelar, a quien se le rindió un homenaje. En octubre de 1877 falleció Leonor Guerra. Este luctuoso acontecimiento puso fin a las reuniones en la casa de Pedro Pagán y a la revista El Álbum. Su último número salió el 2 de noviembre en memoria de la malograda señora.
Todas las descripciones sobre José Martínez Tornel coinciden en resaltar su bondad, su rectitud moral, su generosidad con los desfavorecidos, su amor a Murcia y sus fuertes convicciones católicas. Un buen ejemplo es la descripción que realizó el periodista y escritor Raimundo De los Reyes, casi cincuenta años después de la muerte del ilustre periodista murciano. "Conocí a Tornel ya muy viejecito. Era el año 1916. Fui a pedirle un poema para mi 'Antología de Poetas Murcianos'. Me recibió en su despacho en un bajo de la calle Platería. Era grueso, de baja estatura. Vestía un guardapolvos de dril, calzaba zapatillas de abrigo y se tocaba con una gorra de paño. Tenía perilla y bigote blanco y suave, como de espuma; los ojos pequeños y vivos, con gafas y una clara y cordial sonrisa de hombre bueno". -"¿Cómo te has acordado de mí?"- Me dijo. -"Estoy muy viejo, ya no escribo. Pero te haré un romance, vuelve pasado mañana a por él".- Fue, sin duda, el último que escribió en su vida, pues murió a poco de esto.