Su estilo de 'primera manera', 1680-1695
Camacho Felizes se ve muy influenciado en esta primera etapa de su vida artística por la estructura de la composición de Rubens, que por esos años estaba paseando por España y realizando bocetos y grabados.
El pintor lorquino reestructura esos bocetos a su manera e incluye figuras nuevas sin perder la fuerza de la composición.
En otras de sus obras la composición del cuadro estaba basada en una figura central a la que acompañaban escenas secundarias que la rodeaban. En este caso se ha querido ver reflejada la influencia de Rubens en las figuras que circundan a la central. En esta figura central se reflejan motivos que ya aparecían en los pintores flamencos anteriores
En los cuadros de esta época aún se puede apreciar planitud en las figuras. Colores oscuros. Trata los personajes secundarios del cuadro muy vagamente, con trazos de color. Tanto el color como el dibujo no pertenecen al artista, permanece aún anclado en bocetos y grabados de la época. Los elementos que integraban la composición quedaban separados y los fondos algo irreales, pero poco a poco mejoraba en la sucesión de planos.
En 5 años pasa del intento de perfección del dibujo, en el que incluso añadía errores de proporción, a la subjetividad natural que hace a las figuras más humanas.
Algunas obras de esta 'primera manera' serían 'La Porciúncula' o 'La Caída de Saulo'.
Evolución, 1695-1700
Se advierten cambios fundamentales:
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Se amplía la paleta del pintor.
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Abandona las estructuras rígidas de los paños.
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Abandono progresivo de las figuras geométricas que encerraban a los personajes y forzaban la composición.
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Se suavizan las líneas dinámicas de la composición de la obra.
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Los personajes se desenvuelven mejor en el espacio pictórico.
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Revolución de la concepción espacial debido a la introducción de la perspectiva y efectos para acentuar la profundidad.
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Abandona los rostros ideales o tipificados.
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Aparecen figuras con fisonomías tomadas del natural, de corte muy naturalista.
En esta evolución hacia su nueva pintura se encuadran los cuadros realizados para la Casa Guevara, entre ellos 'Ester ante Asuero.'
Obra de madurez, 'segunda manera', 1700-1716
Su dibujo y su color evolucionan favorablemente, muy por encima de lo que cabría esperar en su obra.
Se comienza a ver en su obra la luz dorada que viene desde lo alto, los colores azules violáceos y los rosas brillantes. Para resaltar o matizar estos tonos la pincelada se hace más enérgica o suave, en los puntos donde el cuadro lo necesita. Todo esto lleva en el estudio de su evolución como pintor a ver un dominio mayor, casi absoluto de la utilización del pincel.
Algunas obras de esta etapa serían:
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San Francisco de Paula, 1706.
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Adoración de los pastores, 1716.
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Anunciación, 1716.