La crisis económica del s. XIX. La caída del Antiguo Régimen
El siglo XIX despunta en Lorca con un modelo socioeconómico caracterizado por el predominio del sector primario y el fuerte aumento de la población. La economía lorquina acusó una fuerte crisis derivada de diversos factores, como la escasa integración de la agricultura de subsistencia en el mercado nacional agrario y las continuas calamidades, que jalonaron los primeros tiempos del siglo XIX. En 1802 la nueva rotura del pantano de Puentes significó una gran catástrofe para Lorca y el fracaso de la política hidráulica reformista. Inauguró un periodo de desgracias, que diezmarían cruentamente la economía y demografía lorquinas.
La Guerra de la Independencia, las crisis producidas por las enfermedades epidémicas, como la fiebre amarilla y el cólera, o los ciclos de sequía y malas cosechas van a ser una constante en la Lorca decimonónica, sin olvidar que otros acontecimientos funestos, como la riada de Santa Teresa en 1879, vinieron a añadir más miserias y desgracias. La Constitución de 1812 certificó la caída del Antiguo Régimen y la instauración del liberalismo, iniciándose las pugnas entre liberales y absolutistas tan características del siglo XIX.
Durante la primera mitad del siglo la cifra de población osciló entre los treinta mil y los cuarenta mil habitantes, registrándose desde entonces un alza lenta y progresiva, matizada por episódicas mortandades y procesos migratorios, para culminar en 1900 con más de sesenta y nueve mil habitantes. El sector primario, con una producción cerealícola predominante, ocupaba a una población activa que en algunos momentos supera con creces el 70%. En este siglo el término municipal de Lorca sufrió notables variaciones ya que, si al comienzo de la centuria englobaba los municipios de Águilas, Puerto Lumbreras y parte de Mazarrón, al concluir el siglo se configura con casi la misma extensión que tiene en la actualidad.
Recuperación económica y florecimiento de la burguesía local
Tras duras décadas de crisis culminadas con la supresión como Colegiata de San Patricio en 1851, se produjo un proceso de recuperación económica propiciada por la actividad de la burguesía local. En 1865 llegaba a Lorca la primera máquina de vapor. Los ferrocarriles Alcantarilla-Lorca y el Baza-Lorca supusieron la integración de la comarca en el mercado nacional, posibilitando el movimiento de minerales de los yacimientos litorales y de las minas de azufre y manganeso del interior.
Este nuevo periodo de recuperación llevó aparejada la edificación de nuevas obras en la ciudad de Lorca, es el caso de las glorietas de San Vicente, del Teatro Guerra, del Casino Artístico y Literario y de la Plaza de Toros. Destaca también la presencia en la ciudad de uno de sus vecinos más notables: José Musso Valiente, gran intelectual y persona muy relacionada con la Corte.
La proclamación de la I República en 1873 abrió un proceso de descomposición del régimen, que culminará con el estallido cantonal. Durante esta revolución en Lorca, Antonio Osete presidió la efímera junta cantonalista local. Cartagena se convirtió en el último bastión cantonal hasta que este movimiento fue sofocado y se restauraron los antiguos Ayuntamientos, volviéndose a la situación anterior.
Fracasada la monarquía democrática y el intento republicano, se implantó la Restauración Borbónica, dirigida por Antonio Cánovas del Castillo. Este sistema de gobierno estaba apoyado por las elites de propietarios, que estaban conectados por unas redes de amistades políticas que posibilitaron la permanencia del sistema caciquil y del turno pacífico del poder, alternando conservadores y liberales.
El progreso y el despegue tecnológico, notas dominantes del siglo XX
El siglo XX ha significado en Lorca el progreso, el despegue tecnológico, el cambio paulatino de las estructuras sociales y la especialización de los sectores productivos. A comienzos de esta centuria la intensa explotación de los yacimientos mineros de la zona litoral supuso el relanzamiento de la vida económica de la comarca. La Guerra Civil trajo consigo, paradójicamente, el inicio de la recuperación demográfica, aunque en las dos décadas siguientes se produjo un estancamiento poblacional como consecuencia de la emigración.
Hacia mediados del siglo XX comienza a percibirse en Lorca un cierto interés por la industrialización del aparato productivo, sobre todo el relacionado con las industrias agrarias. El problema del agua comienza a vislumbrar soluciones, suprimiéndose la subasta del agua del Alporchón y aprobándose el Plan de Mejora del Regadío de Lorca. La llegada del trasvase Tajo-Segura mejoró la situación del campo lorquino y la agricultura de secano tradicional dio paso a una agricultura especializada, que se benefició de los avances tecnológicos y fitosanitarios, abriendo nuevas vías de comercialización.
Tras la muerte de Franco en 1975 se abre el camino hacia la Democracia. El primer alcalde de Lorca fue José López Fuentes. En los últimos tiempos la ciudad de Lorca se ha convertido en una importante urbe y centro de servicios, con el despertar paulatino de la industria, asentada fundamentalmente en el Polígono Industrial de la Carretera de Granada, en el Polígono de la Serreta y en el Barrio de San Cristóbal, donde se asientan la casi totalidad de las fábricas de curtidos, sector predominante en la industria local. La agricultura se configura como el gran sector económico comarcal y local. Cultivos intensivos de alcachofa, brócoli, lechuga y sandía constituyen las principales producciones de una comarca receptora de mano de obra agrícola procedente de otras regiones de España y de países del Norte de África y de América del Sur. La ganadería, por su parte, tiene en el porcino su principal especie.
En la última década del siglo XX Lorca ha apostado por un atractivo turismo cultural de calidad, siendo una de las ciudades pioneras en la Región de Murcia en inversión para nuevos equipamientos que puedan cubrir las expectativas de ocio de sus habitantes y turistas. La creación del Espacio Temático La Fortaleza del Sol, dentro del proyecto Lorca Taller del Tiempo, ha recuperado para los lorquinos una parte primordial de la vida, el patrimonio y la Historia de Lorca: su Castillo. En la actualidad Lorca es centro neurálgico de una amplia comarca, ostentando la capitalidad subcomarcal de una vasta zona de influencia, que comprende gran parte de la Región de Murcia y algunos municipios de la provincia de Almería.
Siglo XXI
A las 18:47 hora local del miércoles 11 de mayo de 2011, dos terremotos sacuden Lorca causando 9 muertos y unos 324 heridos como consecuencia de un terremoto de magnitud 5,1, que fue precedido de un movimiento sísmico de 4,5. El epicentro se localizó en la sierra de Tercia, en el término municipal de la localidad murciana. El seísmo provocó más daños entre 5 y 10 kilómetros al noreste del casco urbano, cerca de la autovía de Murcia, y se sintió con fuerza en varias poblaciones de la región, como en la capital, en Mazarrón, Cartagena y Águilas, e incluso se notó en otras provincias como Almería, Albacete y Madrid.
A consecuencia del terremoto el patrimonio histórico de la ciudad se ha visto gravemente afectado, así como edificios públicos y viviendas. Una de las zonas más afectadas ha sido el barrio de La Viña, considerada zona cero del terremoto.