El Imperio Romano en Águilas
Tras la caída de la Cartagena púnica en manos de las fuerzas romanas en el 209 a. C., la costa de Águilas comienza a tomar una relevancia que hasta ese momento no había conocido. Según parece, incluso el nombre de la actual ciudad proviene de los romanos. Esta civilización bautizó el cerro en el que construyeron una primera atalaya con el término latino Aquilae. Entre los siglos I y III d. C. comenzó a florecer la cultura romana en Águilas. De este período datan las termas encontradas en el núcleo urbano, musealizadas desde el año 2001. También de este momento sería el ágora o plaza pública, que se encontraría en lo que hoy es la Glorieta de España.
El momento de mayor esplendor de Aquilae se corresponde con los últimos siglos de poderío del Imperio Romano, los siglos III y IV. Una de las principales fuentes de ingresos para la ciudad era la elaboración de salazones y la salsa 'garum'. A la factoría de salazones encontrada en Águilas hay que añadir las fábricas de cerámicas, en las que se elaboraban las ánforas necesarias para el transporte y conservación de estos dos productos. La fábrica de salazones muestra en su planta una gran sala central, destinada a la manipulación del pescado, y una serie de saladeros de distintas dimensiones y estancias complementarias a su alrededor. Pero, además de la importancia de los salazones, también es de destacar el cultivo de la vid y el olivar, así como la elaboración del esparto.
Cerca del Puerto del Hornillo se han descubierto distintas necrópolis familiares y se piensa que en ese lugar se construirían navíos para la flota del Imperio. En el siglo V la zona cayó en poder de los vándalos, una de las tribus del Norte de Europa que entraron en la Península Ibérica. Aún no se conoce a ciencia cierta si Águilas fue destruida por estos grupos invasores o simplemente fue abandonada a su suerte ante el peligro, tras la gran crisis económica que dio al traste con el Imperio Romano.