Biografía
José Martínez Parra, Águilas (Murcia), 10 de noviembre de 1854 - 2 de mayo de 1905
Sus primeros años en Águilas: cultivado en el mundo de las letras
José Martínez Parra nació el día 10 de noviembre de 1854 en la población de Águilas. Los padres del poeta regentaban una barbería y otros servicios públicos llevando una vida sencilla pero acomodada.
La primera escuela de Martínez Parra fue el Colegio de San José, fundado por el sacerdote aguileño D. Antonio Mulero Ángel. La admiración que sentía Martínez Parra por su profesor le llevó, según su gran amigo Martí Lloret, a intentar ingresar en el Seminario.
En sus años de juventud hizo varios intentos por estudiar una carrera, pero no acabó ninguna. Su paso por los estudios le hizo adquirir un gran conocimiento sobre las artes y las letras.
El traslado a Madrid: comienzan sus sueños literarios y la Guerra Carlista
Finalmente, cuando lo creyó oportuno (dicen que cerca del servicio militar), se trasladó a Madrid, fin de sus sueños literarios y políticos. Además, de esta forma se alejaba de su vida familiar, que él consideraba casi burguesa, con la que no estaba de acuerdo.
Pronto se afilió al Ejército Carlista, donde por su talento para la dialéctica lo ascendieron muy pronto al rango de Coronel. Al final de esta parte de su vida, desencantado por aquella lucha entre hermanos, y por su pérdida de confianza en los ideales por los que se había alistado, renunció a su cargo y puso un aviso que rezaba:
'Señores: se vende uniforme de Coronel Carlista.... con el Coronel dentro.'
Sus comienzos en el periodismo y la bebida
Acabada la guerra comenzó a trabajar como redactor en el diario La Correspondencia de España. A la vez también colaboraba en otras publicaciones.
Fue por aquellas fechas del último cuarto del XIX cuando coincidió con algunas compañías que, si bien le hicieron crecer como poeta, también le adentraron en el duro mundo de la bebida, que tantas amarguras haría pasar a Martínez Parra.
Las consecuencias de su adicción al alcohol
José Martínez Parra contrajo matrimonio con Asunción Núñez de Arce. Pero a los pocos meses de haberse casado el poeta entro en una fase de creatividad asombrosa, de viajes sin retorno al mundo del alcohol, y de alejamiento de su mujer y su hogar.
De la valía como poeta da fe una dedicatoria que su cuñado, el también poeta Núñez de Arce, le hacía al principio de su poema Vértigo:
'A José Martínez Parra: A ti, para que tu nombre dé a este poema el valor que en sí no tiene'.
Las Guerras Coloniales lo llevan a Manila de corresponsal
El poeta partió como corresponsal de Guerra cuando España se vio envuelta en las Guerras Coloniales de Cuba y Filipinas. Martínez Parra se instaló en Manila. Debido a su nombre y trabajo fue reconocido entre las personas dedicadas al mundo de la cultura en la capital filipina.
Pero en Manila, los ya conocidos problemas del poeta con la bebida, se acrecentaron.
La vuelta a su tierra: los altibajos en su personalidad y su vida
En los años 90 del siglo XIX consta en un acta notarial que la residencia de Martínez Parra se hallaba en Lorca, y era director del periódico local Diario de Lorca.
Tras su deambular por Filipinas el poeta no volvería a ser ni la sombra del hombre que había sido.
Tras numerosos avatares intentando encontrar trabajo, debió verse muy falto de recursos para pensar en las tierras que su padre había tenido en Águilas. A finales del XIX su hermano subarrendó las tierras a un empresario minero que hizo mucho dinero con ellas.
Al llegar a Águilas, entre juicios, requerimientos, disputas, y problemas familiares, Martínez Parra no obtuvo recompensa a sus peticiones.
Quedó el poeta a vivir en la ciudad costera, pero solamente se sustentaba del alma caritativa de dos o tres personas que se apiadaron de él y de su familia. En estas terribles circunstancias escribiría algunos de sus mejores versos, que serían recogidos tras la muerte del poeta en un libro titulado Galería de Cadáveres.
Entre finales del XIX y los primeros años del XX el poeta disfrutó de una etapa de mejoría en su salud. Un medico de Águilas consiguió que a través de medicación, José dejara aparcada la bebida.
Fue en este periodo cuando fundó un periódico bisemanal llamado El grito del pueblo. Como decía su cabecera, un periódico sin Rey ni Roque ni Alcalde que lo excomulgue.
Su mujer, Asunción, no se separó de él en los momentos duros, y en 1901 pudo disfrutar de la mejoría económica que vivió el poeta tras heredar una cantidad de dinero por la muerte de sus padres (marzo y abril de ese mismo año).
Los últimos momentos en la vida del poeta
Pero los efectos de la bebida le pasaron factura a la débil salud de Martínez Parra. Los últimos años de su vida dictaba los artículos que seguía concibiendo por su larga carrera periodística. Los pasaba al papel su amigo Martí Lloret porque él ya no podía escribir.
El 2 de mayo del año 1905 José Martínez Parra moría en su casa de Águilas en compañía de su amigo Martí Lloret y de la mujer que lo dio todo por aquel poeta que llevaba en el alma, su esposa Asunción Núñez de Arce.