Hábito de la flor de la estrella (Lapiedra martinezii)
Hábito de la flor de la estrella (Lapiedra martinezii)
© José Antonio López Espinosa
El Valle (Murcia)
Inflorescencia en la antesis de la flor de la estrella (Lapiedra martinezii)
José Antonio López Espinosa

    Pequeña planta herbácea, bulbosa. Órganos subterráneos habitualmente algo más largos que anchos, de túnicas membranosas, grisáceo parduscas. Raíces fasciculadas, blancas, de 1 mm o poco más de grosor. Hojas anchamente linear-lanceoladas, acintadas, verde oscuras, con franja media más clara, muy característica, ausentes durante la floración. Tallos de 15-30 (45) cm, aplanados, con estrías, girados sobre su eje hasta 90º, verde oscuros. Inflorescencia terminal, de tipo umbela, con dos brácteas papiráceas, membranosas, translucidas, blanquecinas o levemente grisáceas, subiguales. 5-15 (20) flores, de ovario infero. Tépalos blanco brillantes en su parte superior, con franja verde longitudinal por la inferior. Anteras sagitadas, sobre filamentos triangulares, alargados, soldados en su base. Ovario ínfero, estilo filiforme. Fruto tipo cápsula, con numerosas semillas subesféricas, algo irregulares en uno de sus extremos, de aproximadamente 2-3 mm de diámetro, negras.

Ecología

    Crece en terrenos pedregosos, litosuelos, fisuras de grietas, márgenes de camino, espartales, también entre otro tipo de matorrales, etc. En los territorios más cálidos y secos, principalmente bajo ombrótipo semiárido en el piso bioclimático termomediterráneo. Se ha definido la asociación Lapiedro martinezii-Stipetum tenacissimae Rivas-Martínez & Alcaraz in Alcaraz 1984 para los espartales murciano-almerienses y valencianos, de la que esta especie es característica. Esta asociación (Código Directiva Hábitat 522224) se incluye dentro de las Zonas subestépicas de gramíneas y anuales del Thero-Brachypodion, hábitat prioritario para la Directiva Hábitat de la Red Natura 2000. Florece al final de verano, desde mediados de agosto hasta bien entrado septiembre.

Distribución

Se trata de un iberoafricanismo, presente por el norte de África y en la mitad sur y este de la Península Ibérica. En la Región de Murcia se encuentra sobre todo por la franja costera y en cotas medias y bajas de los enclaves más cálidos del interior. Extendida y en ocasiones muy abundante. Raramente falta en la ecología indicada de la zona citada.

¿Donde encontrarla?

En la Isla del Ciervo, Cartagena, donde es una especie muy común, excepcionalmente abundante en los terrenos pedregosos de la base del cerro de mayor altura, creciendo numerosos individuos entre el malpaís de andesitas y también en los claros de matorrales. Cerca de la ciudad de Murcia, en el Parque Regional de Carrascoy y El Valle, podemos ver esta planta desde el Albergue Juvenil hasta el Sequen, en los márgenes del camino, matorrales y litosuelos adyacentes.

Observaciones

    Su floración, al final del verano, sin que tan siquiera se hayan producido las primeras lluvias, la convierte en una de nuestras plantas más singulares, adaptada a desarrollarse en la época más desfavorable, bajo condiciones extremas para cualquier planta, completando además su fructificación en estas fechas sin problemas. Y le bastarán precipitaciones escasas, apenas 2 litros por metro cuadrado, para que se desencadene el desarrollo de centenares (miles) de ejemplares que abrirán sus flores en –literalmente– contados cinco días.

    Comenzaremos a ver sus hojas acintadas tras la floración, en ocasiones incluso mientras ésta se produce, hasta bien entrada la primavera, tan características y fácilmente reconocibles por su franja longitudinal más clara. En los otoños lluviosos el haz de hojas es más numeroso y el tamaño de éstas considerablemente mayor, circunstancia que evidencia la adaptación de la planta a producir y acumular reservar en su órgano subterráneo durante las puntuales épocas favorables. A pesar de la vistosidad de sus flores, estas son demasiado pequeñas, efímeras y tardías, por lo que carece de nombre común de uso local en Murcia y allá donde se presenta [motivo por el que se la “bautizó” aquí como Flor de la estrella, en septiembre 2005, nombre que se ha extendido por páginas de Internet y documentos en papel, hasta en informes técnicos].

    La flor de la estrella (Lapiedra martinezii) fue descrita para la ciencia por Lagasca en el año 1816, a partir de plantas recolectas en Algezares, cerca del Santuario de la Fuensanta; así se indica en la diagnosis: "prope Sanctuarium de la Fuen Santa juxta Algezares oppidum in Murciae Regno".

José Antonio López Espinosa