Talla realizada en madera policromada. 

Es la representación de la Inmaculada con las manos cruzadas sobre el pecho y la cabeza inclinada hacia el lado izquierdo y hacia abajo. Se alza sobre una bola que representa al mundo. Una serpiente bajo sus pies, símbolo del pecado original por el cual Adán y Eva condenaron a la humanidad. En torno a la bola aparece una nube con angelotes conformando la peana.

Más que un seguimiento fiel a los procedimientos artísticos de Francisco Salzillo, lo que evidencia esta obra es la formación de Fernández Caro en unos cánones formales propios de la escuela de escultura murciana en el siglo XVIII, donde, bajo la dirección de Salzillo, se entrecruzan otras enseñanzas.

La expresividad barroca se encuentra aquí matizada por unas cánones de belleza idealizada, propios de una estética en cierto modo academicista, justificada por la cronología en la que se realiza la ejecución de la imagen.

Observaciones:

Francisco Fernández Caro es un escultor caravaqueño, nacido en 1760 y muerto en 1841. Espín Rael lo califica como el discípulo más cualificado de Francisco Salzillo.

Dicho escultor realizó otra Inmaculada para Vélez Rubio. Tanto en aquella como en la que aquí analizamos se evidencia una estética que está empezando a acentuar los efectos decorativos por encima de los más hondamente expresivos.

Nombre: Inmaculada

Objeto: Escultura

Autor: Francisco Fernández Caro 

Fecha: Siglo XIX

Ubicación: Iglesia Parroquial de la Concepción Caravaca de la Cruz