Maquinaria de la Almazara [Pliego_Museo Alcazaba]
Maquinaria de la Almazara
Boca de las tinajas soterradas [Pliego_Museo Alcazaba]
Boca de las tinajas soterradas

    Historia

    Almazara es una palabra que proviene del árabe y significa "lugar donde se exprime". La Almazara Santiaguista es una almazara tradicional que hasta hace poco más de veinte años se utilizaba para elaborar aceite en Pliego.  Hoy en día se ha convertido en un museo, que conserva tanto la maquinaria original, como estructuras de la arquitectura. En la visita se puede ver el proceso que tradicionalmente se empleaba en la obtención de aceite. La Almazara de Frasquito, que es como se conocía a este edificio, se sitúa en pleno centro del pueblo, junto a la Torre del Reloj o la Iglesia de Santiago.

    El arte milenario de extraer el aceite de la fruta del olivo ha sufrido apenas evolución desde que comenzaran a hacerlo los fenicios. No obstante, la Almazara Santiaguista cuenta con una serie de avances mecánicos, que facilitan las tareas, propios de la etapa industrial en la que se construyó.

    Antiguamente, los molinos de aceite o almazaras, se situaban dentro del casco urbano. Las aceitunas eran acarreadas por mulas desde los campos tras su recolección. En el patio de la almazara se recibía la aceituna; separando por tolvas y calidades, aceituna del suelo o de vuelo. Después se limpiaba y lavaba la aceituna. Tradicionalmente se hacía aventando, pero hoy en día turbinas y ventiladores muy potentes eliminan las hojas y ramas que acompañan a la aceituna. Posteriormente, con el lavado se eliminan las piedras y barros adheridos al fruto.

    En Pliego contaban con un curso de agua que bajaba desde la fuente de los caños para las tareas de lavado.

    El siguiente paso era el de la molienda. Una vez pesada, los molineros llenaban los canastos de mimbre a paladas. Desde lo alto de la escalerilla vertían la aceituna a la tolva. Esta máquina se encargaba de triturar la aceituna, con objeto de facilitar la salida y separación del aceite que contiene.

    Hasta hace muy poco, la energía de las bestias de carga era la empleada para mover las muelas. En Pliego se usó antaño, el mismo curso del agua de la fuente que movía las aspas del molino. El continuo girar de estas piedras trituraba el fruto y de allí se trasladaba a la prensa. En las almazaras actuales, las molturadoras automáticas han sustituido casi completamente a las muelas de piedra.

    La masa obtenida de la molienda pasaba a la prensa. En la prensa se iban colocando capachos, alfombras circulares de esparto con un agujero en el centro. Sobre cada uno se distribuía la aceituna molida y se cubría por otro capacho. De forma que quedasen apilados formando una columna. El siguiente paso era escaldar con agua hirviendo y prensar los capachos.

    En los molinos arcaicos existía una prensa de torrecilla. Este ingenio consistía en una estructura de recios muros: una torre movible de piedra, atravesada por un grueso tornillo que se movía por medio de grandes palancas, ejerciendo presión directa sobre los capachos de aceituna apilados, sobre una base plana de piedra llamada taza. En el Museo podremos ver como una prensa hidráulica, movida por un motor, ha sustituido a la antigua presa torrecilla.

    Una vez prensada la aceituna, se recoge por un lado el orujo bastante seco y por otro una mezcla de aceite y agua. La parte líquida es albergada en pozuelos de decantación donde se separan el aceite del agua dejándolo reposar. El aceite limpio flotará encima del agua y de las partículas sólidas, por su menor densidad.

    Este método usado en las almazaras tradicionales, como la Santiaguista, se abandonó progresivamente por requerir mucha limpieza y mano de obra.

    Una vez que se obtenía el aceite había que almacenarlo para su posterior distribución y venta. Para la conservación en condiciones óptimas las bodegas actuales reúnen unos requisitos de temperatura, aislamiento, poca luminosidad, con tuberías y griferías de acero inoxidable.

    Las bodegas que se pueden ver en el Museo Almazara Santiaguista son como las de antaño. Las bodegas tradicionales consistían en una serie de pozos donde se soterraban las tinajas de barro, formando una hilera.

    Arquitectura

        La arquitectura de una Almazara es sencilla. Un par de salas amplias bastan para contener la maquinaria y las tinajas de conservación. Una almazara modesta, como era la de Frasquito, cabía en escasos 70 metros cuadrados. Estas son por tanto las dimensiones del Museo.

    Se encuentra estructurado en tres alturas. Las salas de máquinas se diferencian de la bodega, que queda en un nivel inferior.

    El proyecto de restauración ha respetado en gran medida los elementos estructurales del edificio original. Las colañas del techo, así como el suelo de la bodega y las tinajas, se han preservado para mantener el ambiente del edificio antiguo. No obstante la bodega se ha cubierto con una pasarela de cristal para que las visitas no pongan en peligro su conservación.

    Se hizo cargo del proyecto de este edificio el arquitecto José Montoro. La inauguración del nuevo Museo se realizó en julio de 2005. Para tan solemne acto se convocó al Director General de Cultura de la Comunidad Autónoma José Miguel Noguera, estando también presente la alcaldesa de Pliego Isabel Toledo.