Biografía
Martín García Martínez, Lorquí (Murcia), 1932 - Cáceres (Extremadura), 1998
Su infancia en Lorquí
Marín García Martínez nació en Lorquí el 24 de febrero de 1932 en la casa de su padre, en la actual calle Portichuelo.
Fue el quinto hijo de una familia numerosa. Junto a su padre y hermanos trabajaban la tierra como medio de vida, al igual que la mayoría de las gentes de Lorquí.
A pesar de haber nacido en un pueblo rural y trabajar la tierra desde pequeño, Martín García tuvo acceso a la cultura mediante la lectura de libros que compraba con sus propios ahorros.
La aventura en el Seminario
De acuerdo con las creencias y tradiciones familiares, Martín hizo la comunión en 1940 y, animado por el párroco, entró en un Seminario Menor en 1943, donde estuvo doce años de su vida dedicado a la carrera sacerdotal. Esto le permitió salir del pueblo y llegar a la capital regional, donde acrecentó su conocimiento intelectual.
Su inquietud en este campo le llevó a ser columnista de la revista del Seminario Mi Sagrario, en la que hizo reflexiones teológicas y humanas.
Apasionado de la cultura y el conocimiento, acabó la carrera de teología a los 23 años en Salamanca. En 1955 estaba preparado para ser ordenado sacerdote debido a un cambio en la parroquia de Lorquí. Pero Martín no consiguió dicho puesto por ser acusado de tener ideales progresistas. Este desengaño lo apartó de la carrera sacerdotal, pero no de la doctrina católica.
Su nueva vida
Tras su salida del Seminario trabajó como articulista en la revista Índice de Madrid. En la capital de España estudió Filosofía en la Universidad Complutense entre 1958 y 1963.
Estudiando la obra del filósofo alemán, de origen italiano, Romano Guardini, queda impresionado de ella, y fue entonces cuando adoptó el nombre de Romano, siendo a partir de entonces así conocido en el ámbito intelectual y profesional.
Tras una dura experiencia por la muerte de su novia por leucemia, Martín se enamoró de nuevo, se casó y tuvo tres hijos.
En 1968 marchó a Nicaragua como profesor universitario y colaborador en el diario La Prensa, donde permaneció hasta 1971, cuando la realidad política y social de aquel país centroamericano le obligó a volver.
Una vez aquí se instaló en Albacete, donde estuvo dando clases en un instituto.
En 1972 la Universidad de Salamanca abrió un colegio universitario en Cáceres, donde Martín acudió a trabajar, instalándose con su familia, en calidad de profesor de filosofía. Este puesto lo simultaneó con otros cargos y continuas visitas y estancias a su pueblo natal de Lorquí para visitar a su familia, hasta que el 28 de marzo de 1998 murió aquejado de una grave enfermedad.