Pliego y la historia de su patronazgo
La imagen de Nuestra Señora de los Remedios llegó a Pliego en 1246, y desde ese momento se deja sentir la advocación de esta virgen sobre el pueblo.
La llegada de los musulmanes a la villa provoca el traslado de la talla de la Virgen a Yecla, donde permanece resguardada hasta 1523. En esta fecha regresa la imagen a Pliego, volviendo a ocupar su lugar en el altar mayor de la Parroquia.
Desgraciadamente durante la Guerra Civil la figura se perdió, realizándose en 1941 una nueva imagen de la Virgen de los Remedios.
La leyenda cuenta que sobrevino en el pueblo una terrible sequía, que impedía a las cosechas salir adelante y que amenazaba por tanto el sustento de los habitantes de Pliego.
Al sacerdote de la parroquia se le ocurrió entonces, que tal vez ayudaría sacar a la Virgen en procesión y realizar rogativas.
Finalmente llovió y se pudo realizar el riego de los campos.
En el siglo XVIII se construye la ermita que daría cabida al camarín que alberga la imagen de la Patrona.
La Virgen de los Remedios en España
El culto a esta Virgen está muy extendido en todo el territorio peninsular. Es una Virgen que por su gran tradición protectora se granjea la devoción de los fieles. Podemos encontrar el patronazgo de esta Virgen en Pueblos relativamente próximos a Pliego como son Puente Tocinos (Murcia) o Mecina-Bombarón (Granada) y en otros muchos más distantes: Ocaña (Toledo), Chiclana (Cádiz), Antequera (Málaga), Frenegal (Badajoz), Colmenar Viejo (Madrid), Alicante, etc.
Hay una serie de atributos que se representan frecuentemente asociados a la figura de esta Virgen. Por regla general, la Virgen María lleva al Niño sobre su brazo izquierdo. En las figuras góticas el niño porta un libro abierto, símbolo de la sabiduría divina. También pueden portar un globo terráqueo, simbolizando majestad y dominio.
En ocasiones, la Virgen porta un ramo de flores, que representa la fecundidad divina. La Virgen de Pliego porta un Cetro que representa poder y jerarquía. Este atributo no se observaba en las imágenes de los siglos XII al XIV y sí en las posteriores. También adornan las cabezas de ambas figuras unas coronas, símbolo de la realeza.
Aquellas imágenes que portan una media luna, o creciente, simbolizan la visión apocalíptica, en la que se ve a la mujer posada sobre la luna. El resplandor proviene también de esta visión en la que se ve "vestida de sol".