El poblado de La Mota
Los pobladores islámicos realizaron asentamientos en el área de Pliego, en torno al siglo XII. El poblado de La Mota constituía el principal núcleo urbano de la zona. Rodeando el perímetro se realizó una fortificación para su defensa. La zona urbanizada se asentaba en una meseta de laderas suaves en el barranco de La Mota. En la plataforma superior de la mesetilla se hallaban las viviendas, quedando comprendida toda el área por una muralla de tapial. Sus restos revelan el aspecto defensivo y las dimensiones que pudo tener. En 1985 fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC).
El Castillo de Pliego
El Castillo de Pliego fue construido por los musulmanes a finales del s. XII en un promontorio, desde el que se protegía Pliego. Las murallas y la torre aprovechaban el relieve abrupto de la zona para hacer más fácil la defensa. El Castillo, situado en la cumbre del cerro, se dividía en dos recintos: la fortaleza con la torre, cerrada por una muralla; y un recinto exterior, que ocupaba la ladera norte del cerro, rodeado por una antemuralla. La estructura de la torre se dividía en tres partes: la inferior, maciza; el cuerpo central, hueco; y la parte superior, cubierta por un parapeto y con almenas. Bajo su órbita defensiva se instalaron las viviendas de la fortaleza, el molino de harina y el aljibe.
El interior del recinto defensivo albergaba una casa de servicio con cocina y chimenea, una mazmorra y un nacimiento de agua. Poseer agua dentro de la fortaleza era de suma importancia. La corriente de agua se conducía por una canalización hasta el molino y el aljibe. La planta de la fortaleza tenía forma triangular. La homogeneidad de la construcción, tanto en técnicas como en materiales, permite pensar que la obra se acometió en una sola fase. En los muros y torres se empleó la técnica del encofrado.
Evolución de la plaza
Tras la incorporación de Pliego a Castilla, según lo estipulado en el Tratado de Alcaraz (1243), una guarnición castellana se asentó en el Castillo. La fortaleza sirvió para vigilar a los mudéjares. Tras vencer la rebelión mudéjar de 1264-1266, La Mota fue desmantelada y la población fue trasladada al Caserío Mudéjar. El origen del actual Pliego fue ese Caserío Mudéjar, un pequeño grupo de edificios al borde del barranco de La Mota. El terreno era en cuesta y estaba rodeado por una zona de huerta en terrazas. Entre La Mota y la Fortaleza, el caserío de Pliego fue creciendo conforme al diseño urbano de las alquerías rurales islámicas.