Las Fiestas Patronales en Honor a San Sebastián se vienen celebrando en Ricote desde hace casi 500 años. Que es el tiempo que tiene el Patronazgo de San Sebastián en este rincón del Valle.
San Sebastián, un pretoriano cristiano
Pero la historia del Santo Mártir se remonta mucho más atrás en el tiempo. San Sebastián vivió en la Roma del siglo III d. C., en la que los cristianos eran perseguidos por el Imperio Romano. Llegó a obtener un cargo importante dentro de la Guardia Pretoriana del emperador, abrazando despues el cristianismo. No se sabe a ciencia cierta si es verdad o leyenda hagiográfica, pero se dice que el emperador, sabiendo que uno de sus guardianes personales ayudaba a los cristianos, lo entregó a los pretorianos para que lo asaetearan. Mientras que le lanzaban flechas, los hombres que habían estado bajo el mando de San Sebastián lloraban.
Esta imagen de un San Sebastián semidesnudo, con flechas clavadas en su cuerpo, fue la que adoptaron los artistas del renacimiento italiano para representar la perfección del cuerpo humano.
Pero el santo no murió por las heridas de las flechas. Se recuperó gracias al cuidado de una viuda llamada Irene. Siguió visitando los círculos cristianos y predicando.
No obstante cayó de nuevo en manos del emperador que esta vez no tuvo misericordia. San Sebastián murió apaleado, siendo sus restos tirados más tarde a una cloaca.
Su cuerpo sin vida lo recogió una piadosa mujer llamada Luciana, y el Mártir descansaría posteriormente en las catacumbas cristianas, bajo la Vía Apia.
La conexión entre San Sebastián y Ricote
Pero la conexión que une a San Sebastián con Ricote viene dada por los sucesos acaecidos en Roma en el año 680, cuando se produjo una gran epidemia de peste. Los romanos sacaron las reliquias de San Sebastián por las calles de la ciudad y la epidemia cedió de inmediato.
En Ricote no hubo ni un caso de peste durante las epidemias de los siglos XIV y XV. Se decía que era por la intervención de San Sebastián. Las gentes pudientes de Murcia y otras partes del Reino llegaron a Ricote para de esta forma salvarse de la enfermedad. Según parece en brotes posteriores siguió sin haber ningún caso de esta fatídica enfermedad que en La Edad Media y la Moderna diezmaba las poblaciones.
En el siglo XVI se consagró la Iglesia de Ricote a San Pedro, concretamente en 1505. Pero la devoción de la Villa hacia San Sebastián hizo que años más tarde se encargara una imagen del Mártir a un fraile franciscano de Cieza. Al acabar la escultura la llevaron a Ricote en procesión. La escultura fue bendecida ya en la villa. De aquí que entre los ricoteños se diga la expresión "Viva San Sebastián Bendito", como muestra de que se están refiriendo al suyo, al bendecido.