Poco se conoce sobre La Unión Moderna ya que, aunque el despegue minero había dado comienzo, aún tardará siglos en alcanzar relevancia. Hasta el siglo XIX los pobladores de la futura La Unión, Herrerías y El Garbanzal subsistirán volcándose en una explotación ganadera y agrícola, que no les ofrecía beneficios considerables. No por ello, sin embargo, la explotación minera deja de estar presente en el territorio.
La preocupación de la Corona por las minas cartageneras
En 1527 el emperador Carlos V otorga una licencia a Francisco de los Cobos para explotar los metales del término de Cartagena, donde se situaba La Unión. Existen documentos que hablan del oro en la sierra cartagenera. Posteriormente, Felipe II firma en 1587 una orden que concede a Felipe del Río el permiso para beneficiar la plata y el plomo de Sancti Espíritu, monte sobre el que se levanta hoy día La Unión.
La fantasía también envolvió el entramado de la minería, al abrirse las imaginaciones a los posibles descubrimientos de riquezas en las minas. Tal fue el caso de la autorización de Felipe III para explotar una de las minas de Portmán, asegurándose la existencia de "piedras de amatista negras y moradas, y hasta zafiros de deslumbrantes brillos". También en época de Carlos III se denota el interés minero, concediendo diversas licencias para el laboreo en las minas de Cartagena.