Los juegos con bolas
La característica principal de estos juegos es que se utiliza en ellos diversas bolas de distinto tamaño. Así se pueden encontrar:
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Petos: arcilla cocida y escaso valor.
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Chinas: de piedra, más pequeñas que el peto y de agradable tacto.
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Cristalinas: realizadas en cristales de distintos colores.
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Bolos de acero: aprovechadas de los cojinetes. Antiguamente no estaban al alcance de todos los niños.
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Bolones: bolas de acero, de gran tamaño.
Tipos de juegos con bolas
El Gua: se trata de un pequeño agujero en la tierra en el que se debía introducir la bola. A partir de ese momento se le podía dar a cualquiera de las bolas de los adversarios. Para conseguir ganar una bola se debía seguir el siguiente orden: Chupá (golpe flojo), Pie (golpe controlando la fuerza, con menor distancia de un pie entre las dos bolas) y Tute (golpe para alejar la bola del contrario y dar tiempo a meter la tuya en el gua).
El triángulo: cada jugador coloca una bola para apostarla en los vértices de un triángulo dibujado en el suelo (si jugaban más de tres jugadores, las bolas restantes se colocan en el centro del triángulo). Se trata de acercar tu bola al triángulo para sacar el mayor número posible de bolas de los contrarios y que la tuya no quedara dentro.
Los juegos de carreras
El marro
Juego de equipo con dos bandos en el que tradicionalmente han jugado niños y niñas. Se dividía una calle en dos campos, normalmente señalizados con algún elemento del mobiliario urbano. El juego consistía en salir de tu campo a una zona neutral y hacer prisionero a un miembro del otro equipo. Una vez tocado eras prisionero, por lo que debías ir al campo enemigo y esperar a que tus compañeros te rescataran. En este juego se utilizaban verdaderas estrategias para hacer prisioneros y rescatar a los tuyos.
La pillá o el pillao
Uno de los juegos más sencillos y a la vez de los más jugados. Consistía en que un jugador se la quedaba y, corriendo, debía pillar a otro, tocándolo o agarrándolo. En ese caso cambiaban las tornas.