Talla en madera policromada.
San Juan Bautista aparece con la zamarra característica de piel de carnero del anacoreta del desierto, y un manto que nada tiene que ver con la realidad Bíblica, ya que es el de los filósofos de la antigüedad, utilizado en su iconografía desde el arte paleocristiano.
La cabeza esta ornada con una potencia, en cuyo centro figura el cordero, que confiere un carácter sagrado a la imagen. Mira al frente con valor. Sus hombros en cambio están en escorzo, infundiendo en la figura un clásico movimiento.
Los brazos, uno cubierto por el manto de los filósofos, el otro desnudo, dejan ver el estudio anatómico de la escultura. Sujeta con la mano izquierda el báculo terminado en cruz con la característica banderola blanca, en cuyo bordado se hace alusión directa a la iconografía del Cordero de Dios. El otro brazo cruza al modo clásico, por delante del torso de la figura.
A los pies le acompaña un pequeño cordero, al cual señala de manera simbólica.
El volumen del manto que cae por detrás hasta el suelo, queda compensado en el frente por la figura del cordero, junto a los pies de san Juan, con lo que se afianza así la base general de la composición triangular.
Recuerda la escultura clásica de los efebos por su gran belleza, y por la manera de recoger el manto sobre las caderas.
La policromía es brillante, y las carnaciones son bastante claras, el colorido del manto rojo es muy típico de principios del siglo XVIII.
Observaciones
Constituye esta obra el verdadero inicio de unos nuevos caminos en la escultura. Su belleza formal, la elegancia de la misma y su rostro ampliamente inexpresivo cobran aquí un especial valor por cuanto sientan las bases de una nueva concepción escultórica que será recogida por Francisco Salzillo.
Nombre: San Juan Bautista.
Objeto: Escultura.
Autor: Antonio Dupar.
Fecha: siglo XVIII. 1718 -1720.
Ubicación: Iglesia de San Juan Bautista, Murcia.