Las características intrínsecas de la tierra y el espacio santomerano hicieron de este lugar una zona atrayente para muchos de los pueblos que habitaron la Península durante la Prehistoria. Se asentaron aquí culturas primitivas atraídas por la fertilidad del suelo, y otras condiciones que rodean a este lugar, y que le hacían interesante para la habitación. Entre estos factores se encuentran la abundancia de agua, por su proximidad al río Segura, o la benignidad del suave clima propio del Sureste español. Además, las estribaciones montañosas que rodean al territorio actuaban como un sistema defensivo y lugar de refugio para esos primeros habitantes de la zona. Los restos arqueológicos de los yacimientos de la Sierra de Santomera-Cobatillas y del Cabezo de la Mina descubren parte del pasado más remoto de Santomera.
La cultura argárica dejó su impronta en Santomera
La cultura argárica tuvo gran relevancia en la zona durante la Edad del Bronce (2000 a. C.). Serían precisamente los pueblos argáricos los primeros habitantes del territorio que conforma hoy la actual Santomera, como lo demuestran los restos encontrados en las Sierras de Santomera-Cobatillas La Vieja, y en las huellas del Cabezo de la Mina. La gran cantidad de cuevas existentes en los ramales de los montes de Santomera-Cobatillas hicieron de este lugar una zona idónea para las necesidades estratégicas de defensa y refugio de los pobladores del Argar. En estos yacimientos se han encontrado fragmentos de cerámicas de vasijas primitivas con característica forma carenada, ollas esféricas y cuencos.
Las investigaciones arqueológicas han llegado a conclusiones muy profundas, que sitúan al pueblo argárico como algo más que un pueblo guerrero, insistiéndose en la importante actividad minera, que desarrollaron estos pobladores. Prueba de ello quedó registrada en el Cabezo de la Mina de Santomera, donde se han encontrado rastros mineralógicos de más de cuatro mil años. Muchos desconocen que la principal actividad de los pueblos argáricos en esta zona fue la minería. Eran auténticos expertos por sus grandes conocimientos en metales y minerales. La relevancia de la minería argárica vio en la actual Santomera un sitio donde desarrollarse, hallándose importantes restos de metal fundido, principalmente de oro y cobre, que sería aprovechado para la fabricación de armas u otros utensilios de trabajo y ornamentación. Del Cabezo de la Mina se ha dicho que constituye el primer poblado minero a pie de mina conocido entre todos los poblados metalúrgicos argáricos.