El alcaraván es un ave que está tan emparentada con las limícolas como con las avutardas y sisones. Son de gran tamaño (unos 45 cm. del pico a la cola) y tienen unas patas relativamente largas y un pico robusto. Pero el aspecto que más le caracteriza a la hora de identificarlo son los grandes ojos de búho que resaltan en su cabeza. Su plumaje tiene un color leonado claro, rayado de castaño, que se mimetiza perfectamente con el entorno, destacando el color blanco de la banda alar cuando levanta el vuelo. Sus alas son alargadas y poco puntiagudas.
Normalmente pasa la mayor parte de su vida en la tierra, desplazándose y huyendo corriendo con gran agilidad. Levanta el vuelo ocasionalmente y cuando lo hace lleva a cabo un vuelo raso en el que alterna lentos aletazos con planeos.
Hábitat
El alcaraván vive en planicies abiertas preferentemente con escasa vegetación: brezales, pastizales, cultivos de secano, eriales, terrenos calizos, pedregosos o arenosos (incluso semidesérticos), en definitiva, se trata de un ave esteparia. Pero también gusta de marismas y marjales temporalmente secos, sobre todo durante el invierno. En algunos lugares llega a aceptar el pinar disperso, pero es más raro en las zonas de matorral denso. Siempre por debajo de los 1500 m. de altitud.
Distribución
En la Región de Murcia se conservan poblaciones en zonas como los Saladares del Guadalentín, en el extremo suroccidental de la región (costa de Águilas), en la Rambla Salada y Saladar de Ajauque, y en las llanuras esteparías de Cieza y Altiplano.
En general, en el interior de la Región tiene presencia permanente, mientras que en las zonas litorales se presenta en invernada.
Vida, costumbres y alimentación
El alcaraván es un ave gregaria que se reúne en pequeñas bandadas para emigrar hacia tierras africanas durante el invierno europeo, aunque como ya se ha dicho, en la región murciana, encuentran unas condiciones ambientales y climáticas para adquirir un carácter sedentario.
El alcaraván nidifica en el suelo, siempre en la misma zona, e incluso en el mismo agujero que el año anterior, y se supone que con la misma pareja todos los años, de ahí la importancia de conservación de estos hábitat esteparios. El cortejo nupcial se compone de diversos movimientos y arqueos del cuerpo junto con un choque de picos.
Se trata de un ave difícil de ver, y es durante el crepúsculo, el momento en que la posibilidad de observarlo es mayor. Si siente la cercanía de algún enemigo o extraño, el alcaraván (y sus crías) se agacha en el suelo y se queda inmóvil, pasando completamente desapercibido, gracias a su plumaje.
Se alimenta de caracoles, babosas, insectos del suelo y sus larvas, lombrices, a veces ratones, topillos y ranas.