Hacia el 713 d. C., tras la invasión árabe de la Península Ibérica, Teodomiro firmó con Abdelaziz un pacto de sumisión. El conde visigodo, que gobernaba Orihuela, se convertía por este tratado en el administrador de un amplio territorio entre los ríos Segura y Vinalopó. Desde ese momento Abanilla pasa a depender de Orihuela en todos los sentidos, como parte integrante de la cora de Tudmir. Tras esta primera fase de convivencia goda y musulmana, el territorio es conquistado y anexionado al Califato. Desde el 779 hasta el 1031 permanece en poder del califa. Posteriormente, en el siglo XII la llegada de los almohades sigue vinculando ambas poblaciones. La dependencia de Abanilla de la vecina Orihuela sería fuente de futuros conflictos.
La aljama, la alcazaba y la mezquita son las principales construcciones árabes de Abanilla. El Castillo se erguía sobre el Lugar Alto y su planta formaba un rectángulo oblongo. Sus restos arqueológicos fueron catalogados Bien de Interés Cultural en 1985. La aljama era la institución jurídica que agrupaba a los musulmanes en las ciudades españolas medievales. En Abanilla ésta poseía un edificio para administrar justicia. Consistía en una sala sobre la torre de entrada a la fortaleza. La mezquita y el cementerio árabe se hallaban en la calle san Benito. Ambos desaparecieron en época cristiana y permanecieron en el olvido hasta 1917, cuando la construcción de un colegio hizo aflorar los restos musulmanes.
La Reconquista de Abanilla
El reino de Murcia fue tomado por las tropas castellanas de Alfonso X en el año 1243. A los musulmanes se les permitió conservar su religión, costumbres e instituciones a cambio del pago de tributos. El levantamiento mudéjar en 1264 justificaba la presencia de Jaime I, monarca de Aragón, en Orihuela, donde llegó a pactar la paz con el reyezuelo murciano Aben Hudiel. En 1281 Alfonso X concedió al noble aragonés Guillén de Rocafull, pariente de Jaime I, el señorío de Abanilla, por haberle ayudado con la sublevación mudéjar. El siglo XIV supuso una continua disputa por las tierras de Abanilla entre las Coronas de Castilla y Aragón. En el año 1434 un descendiente de los Rocafull cedió Abanilla a la Orden de Calatrava. Los destinos de Abanilla y Orihuela se habían separado al pertenecer una a la Corona de Castilla y la otra a Aragón. Se convirtió en zona fronteriza y eran constantes las reyertas entre ambas poblaciones.