Cabezo Gordo de Torre Pacheco
Cabezo Gordo de Torre Pacheco
Huesos de la Sima de las Palomas (Torre Pacheco) [Torre Pacheco_Historia]
Huesos de la Sima de las Palomas (Torre Pacheco)


  La Sima de las Palomas fue descubierta el año 1991, en el Cabezo Gordo. Es un paraje singular que emerge aislado, formando el único accidente natural de la llanura del Campo de Cartagena. Parece ser que los primeros habitantes de la Región de Murcia se asentaron aquí. Buscaban refugio y alimento, así como una elevación privilegiada (de poco más de 300 metros de altura), desde la que defenderse y avistar los rebaños de animales. Los restos de fauna, homínidos y artefactos han proporcionado una secuencia evolutiva excepcional.

  La Sima de las Palomas es un yacimiento muy importante, a nivel europeo, para el estudio del Hombre de Neanderthal. Se trata de una perforación vertical del Cabezo Gordo, vaciada por los mineros que buscaban magnetita en la zona, a finales del siglo XIX. Sus 18 metros de altura hacen difícil su excavación. Sin embargo, ha aportado datos de gran interés para conocer a los primeros pobladores de la zona. Los más de 120 huesos y dientes de homínidos hallados aquí han sido datados entre el 150.000 y el 35.000 a. C. (desde el Pleistoceno Medio a mediados del Pleistoceno Superior). Dichos restos debieron pertenecer, al menos, a nueve individuos distintos.

  La Sima de las Palomas permite conocer algo más sobre la vida de los Neanderthales

  La importancia de la Sima de las Palomas radica en los hallazgos de dos tipos del género humano. Del Homo heidelbergensis, Pre-Neanderthal, los restos hallados se remontan a 150.000-125.000 años. Del Homo Sapiens Neanderthalensis u Hombre de Neanderthal los restos son de entre 120.000 y 35.000 años. Destaca la falange (de un dedo del pie) de un niño Neanderthal.

  En torno a los Neanderthales existen numerosos enigmas, pues no se sabe la causa por la que desaparecieron. Esta especie vivía en pequeñas comunidades de entre 15 y 30 individuos. Conocían el fuego (para calentarse, defenderse y cazar) y tallaban piedras de sílex, cuarcitas y calizas duras. Se desplazaban en busca de alimento, en función de las condiciones climatológicas, refugiándose en abrigos rocosos y cuevas. La fauna asociada al yacimiento es diversa, destacando especies de climas fríos y de climas cálidos, lo que evidencia ocupación humana prolongada durante miles de años. Se han hallado fósiles de numerosos animales prehistóricos: elefántidos, hipopótamos, uro, caballo y asno silvestre, megacerino (ciervo gigante), ciervo común, gamo, corzo, cabra hispánica, pantera, carnívoros menores (zorro, lince), liebre (quemada con frecuencia), murciélagos, insectívoros, roedores menores, posibles mamíferos marinos, aves de diversas especies y fragmentos de huevos, tortuga (quemada con frecuencia), reptiles menores, moluscos marinos continentales (gasterópodos). Según los restos encontrados en la Sima de las Palomas, la alimentación era variada. En épocas de escasez se convertían en recolectores de pequeños animales (tortugas, caracoles) y frutos.

  La caza mayor debía correr a cargo de los Neanderthales más experimentados que, tras días de búsqueda, orientarían a las presas hacia desfiladeros y pasos estrechos. Aquí las esperaban otros cazadores del clan para abatirlas. Es posible que se especializasen en alguna presa abundante como los ciervos y los caballos salvajes. Los útiles de caza se componían de lanzas de madera afiladas y endurecidas a fuego. Estaban rematadas en el extremo por una punta de sílex tallado y atado con fibras vegetales o tripas de animales. Entre los artefactos hallados destacan las puntas, raederas, raspadores y perforadores de tipo Musteriense (Paleolítico Medio), asociados al Hombre de Neanderthal.