Es el mayor de los Anuros, con un tamaño medio de casi 10 cm, aunque se han llegado a medir hembras de 15 cm. Su aspecto es robusto, con potentes extremidades. Los machos son más pequeños que las hembras. Tiene la cabeza con el morro corto y los ojos prominentes. El iris es de color cobrizo, con la pupila horizontal. Las glándulas parótidas, situadas tras los ojos, son grandes y se disponen oblicuamente. La piel es muy rugosa, siendo las verrugas de aspecto espinoso. Las patas posteriores tienen un membrana interdigital no muy desarrollada, aunque visible.
Su coloración es muy variable, y va desde el pardo oscuro uniforme o con zonas más oscurecidas, irregulares y poco definidas, hasta el crema-amarillento. El vientre es de color claro con un moteado o jaspeado oscuro. En Lorca se encontró un ejemplar adulto de aspecto albino.
Protección y conservación
La deforestación y la desecación de zonas húmedas constituyen las amenazas más graves para la especie, siendo responsables de la extinción de algunas poblaciones. La contaminación por fertilizantes y vertidos industriales, la urbanización, las actividades recreativas, la mortalidad en carreteras y la muerte deliberada debida a creencias y supercherías negativas, ocasionan el declive gradual de las poblaciones más cercanas a zonas habitadas. También le afecta la introducción de peces y del cangrejo rojo en embalses, arroyos y balsas de reproducción, aunque menos que a otras especies.
Costumbres
Se oculta durante el día bajo piedras o en cavidades que no suele excavar él, comenzando su actividad con el crepúsculo. Llega a mostrarse diurno tras copiosas lluvias y durante el celo. Permanece activo la mayor parte del año, excepto los meses más secos de julio y agosto en los que disminuye su actividad. Se desplaza andando con sus fuertes patas, haciéndolo a saltos si es asustado. Las secreciones cutáneas, sobre todo las de las glándulas parótidas, son tóxicas e irritantes de las mucosas, lo que hacen que no sea presa agradable al paladar. Este comportamiento es semejante al observado en el sapo corredor.
Durante la época de reproducción acuden fielmente a sus lugares habituales de puesta, habiéndose encontrado concentraciones de más de 150 ejemplares. Los huevos se disponen dentro de un cordón gelatinoso, enredados entre la vegetación acuática o descansando en el fondo.
Hábitat y distribución
Ocupa una amplia gama de hábitats, siendo más común en las sierras interiores, donde alcanza los 1.500 metros de altitud. Es de carácter netamente terrestre, acudiendo al agua sólo en la época de reproducción, en que ocupa todo tipo de aguas, tanto quietas, como lentas y corrientes. Se distribuye por toda Europa hasta el Círculo Polar Ártico y hasta el noroeste de Rusia. En España sólo falta en Baleares y Canarias. Parece más abundante en zonas montañosas. En la Región de Murcia presenta una distribución bastante dispersa, en consonancia con las zonas de mayor precipitación, o valles con cursos de agua permanentes, o casi permanentes, estando presente incluso en sierras prelitorales y litorales.
Curiosidades
Se hincha y se eleva con las patas traseras en dirección a un posible predador como mecanismo de defensa, aparentando así tener un mayor tamaño.
Vicente Hernández Gil