Entre los siglos X y XII surge una población en el emplazamiento que hoy conocemos como Bullas y lo hace en un contexto en el que, desde finales del siglo XI, castellanos y aragoneses realizan incursiones de castigo en territorio murciano. Una situación que fue paliada en parte por el hábil gobierno de Mohamed ibn Mardanis, el legendario Rey Lobo de Murcia, que fue quien organizó la construcción de fortalezas y la distribución de guarniciones por todo el reino, y seguramente éste sea el contexto en el que surge el Castillo de Bullas.
Aunque es difícil determinar la importancia y el rango del núcleo musulmán bullense, se supone que el pueblo iría creciendo paulatinamente junto al núcleo fortificado de la actual placeta del Castillo, ajeno a las convulsiones políticas que afectaron al reino murciano desde finales del siglo XII. El primer documento en el que se hace mención a Bullas es el privilegio de villazgo y la concesión de Bullas y Pliego como aldeas a un núcleo de cristianos instalados en Mula en 1254 por parte de Alfonso X 'El Sabio'.