Marco histórico
La Restauración Borbónica y la Dictadura de Primo de Rivera (1875 - 1931)
En 1875 Cánovas del Castillo al frente de los alfonsinos, logra la Restauración Borbónica, personificada en la figura de Alfonso XII, estableciéndose una Monarquía Parlamentaria caracterizada por el turno pacífico de los dos partidos dinásticos: Liberal y Conservador.
Pero será el 15 de octubre 1879 cuando se produzca uno de los mayores desastres acaecidos en la Región de Murcia durante toda su Historia: la Riada de Santa Teresa, que anegó toda la zona del Valle del Guadalentín, la Huerta de Murcia y la Vega Baja. 1800 m3/seg. de caudal en el Río Segura que produjeron una auténtica catástrofe, generando un gran movimiento de solidaridad con las víctimas en toda Europa.
La muerte de Alfonso XII en 1885 dio paso a la regencia de María Cristina, quien se mantiene en el trono hasta 1902, cuando Alfonso XIII alcanza la mayoría de edad. Durante esta regencia, se deberá hacer frente a uno de los episodios más desastrosos de la historia de nuestro país: la guerra con Estados Unidos y la consiguiente pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas en 1898, dejando al descubierto el atraso político, económico y social de España.
Esta derrota española, supuso el hundimiento moral del país, pero a la vez impulso el denominado "Regeneracionismo" en el mundo de la cultura y la ciencia. Surgió así una corriente literaria: la Generación del 98, que denuncian el atraso en el que se encuentra el país y proponen soluciones para la reconstrucción de España. Mientras que en el mundo de la ciencia se produjo la denominada "edad de plata", apareciendo grandes nombres en todos los campos.
En el terreno de las artes plásticas, la Región de Murcia se encontraba en una etapa costumbrista. Una población anclada en el pasado, en la huerta y en el campo hacía que sus artistas reflejaran estos paisajes y esta vida cotidiana de Murcia.
En 1902 sube al trono español Alfonso XIII, cuyo reinado estará colmado de problemas, como los regionalismos, las reivindicaciones obreras, el desastre de Marruecos o el anticlericalismo. Incluso las tensiones derivadas de la situación europea por la I Guerra Mundial, dividieron a España entre aliadófilos (liberales e izquierda antidinástica) y germanófilos (derecha tradicionalista).
Estos problemas, unidos al descontento social, llevan a Alfonso XIII a dar el beneplácito al golpe del General Primo de Rivera en 1923.
En 1927 un grupo de poetas se reunía en el Ateneo de Sevilla para rendir homenaje a Góngora, lo que suponía el bautismo de la Generación del 27. Este grupo de escritores fue muy respetuoso con la tradición literaria española, a la vez que estuvieron muy influenciados por las vanguardias europeas. Aunque en Murcia siguió predominando la literatura costumbrista.
Mientras, la generación murciana de pintores de los años 20 se encuentra a caballo entre la pintura academicista y las nuevas tendencias provenientes de Europa (cubismo, fauvismo, expresionismo) para avanzar en su estructura compositiva, en los contrastes de color y en la geometría de las figuras. Y en la escultura Murcia vive un proceso de renovación, con autores modernistas tan destacados como José Planes, que cambian obras religiosas por civiles.
De la II República a la Dictadura del General Franco
Las elecciones municipales de 1931 suponen la abdicación del Alfonso XIII e instauran la II República en España, siendo Niceto Alcalá Zamora su primer presidente, y creándose una Carta Magna que convertía a España en una república democrática.
La década de los años 30 en Europa viene marcada por la crisis económica, importada de Estados Unidos por el crack del 29, y por las crecientes tensiones provocadas por el nazismo alemán y su enfrentamiento con las democracias occidentales.
En España también surgieron grupos políticos inspirados en el fascismo italiano y el nazismo alemán, que generaron una radicalización de la política española, alcanzando su punto álgido en la sublevación militar iniciada el 18 de julio de 1936 y que precipitó al país a una contienda civil que finalizaría en 1939, con la instauración en España de un régimen dictatorial, encarnado en la figura del General Franco. Murcia permaneció en la retaguardia republicana durante el conflicto, siendo Cartagena y Águilas las únicas ciudades castigadas por los bombardeos nacionales.