Vestigios de los primeros pobladores de Moratalla
La privilegiada situación del territorio moratallero (con sus altas montañas, valles, ríos y abundante caza) favorecieron el establecimiento de los primeros pobladores en Moratalla, como lo demuestran las pinturas rupestres y restos líticos, testimonios de que el cazador primitivo vivió en estas tierras.
Yacimientos rupestres como los de Cañaica del Calar, Fuente del Sabuco, Molino de Capel, Andragulla, La Risca o El Molino, por citar algunos de los abrigos o cuevas donde se localizan, hacen que el término de Moratalla posea más del 50% de las pinturas rupestres de la Región de Murcia, y todas ellas incluidas en el Arco Mediterráneo, que han merecido ser declaradas por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad en 1998.
Ya en el Neolítico, los primeros pastores y agricultores establecen sus viviendas, apareciendo los poblados en lugares donde poder defenderse: promontorios, cornisas o sitios amurallables y próximos a manantiales. Las manifestaciones de este período, poblados fortificados, megalitos y dólmenes (como el de Bagil) están presentes en las tierras de Moratalla, habiendo aparecido en distintos lugares, herramientas y utensilios.
Las vías naturales de comunicación en Moratalla (particularmente las tierras altas y la zona baja de Las Cañadas) se vieron salpicadas de poblados, asentados cerca de manantiales y en sitios de fácil defensa. A este período podría pertenecer Villaricos, yacimiento cercano a Calar de la Santa, así como las acrópolis de Moratalla la Vieja o Villafuerte. Otra muestra de la vida en poblados de la cultura íbera va a ser el yacimiento de Los Castillicos o Molinicos, estudiado por el arqueólogo Lillo Carpio. Y también los de Cuevas de Zaén, Priego, Benizar y La Nariz. Algunos de los núcleos rurales del término municipal -El Sabinar- o el Castillo de Moratalla y el de Benizar se levantan sobre asentamientos ibéricos y si se investigara con más profundidad, posiblemente, aparecieran más testimonios de la presencia de esta cultura.
Conquista romana
Tomada Cartagena por Escipión (209 a. C.) tras la derrota de Aníbal, los romanos van ocupando la Península Ibérica, a la que llamarían Hispania. El territorio de Moratalla también se romanizó, como lo demuestran los testimonios encontrados en casi todo el término municipal. Las villas rústicas salpican estas tierras y, así, encontramos Ulea, Los Granadicos, Andrevía y Víllora. Los romanos explotaron las salinas de El Zacatín y las minas de azufre de Salmerón. Como resto monumental, en la zona de la Huerta de Moratalla todavía se utiliza el Puente de Hellín sobre el río Alhárabe, que comunicaba esta población con la de Albacete. También se han encontrado lucernas de aceite, vasijas, restos cerámicos y monedas.