Programa 2019           

 

Receta tradicional del Viernes Santo Moratallero: 'Arroz con atún en escabeche'

 

Declarada de Interés Turístico Regional

Declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco

 

Decir Semana Santa en Moratalla es hablar de tambores sonando en todos los rincones. Pero también es hablar de procesiones pasionales por las calles de esta villa.

Las procesiones pasionales en España gozan de una gran tradición y son la esencia de la Semana Santa, algo a lo que Moratalla no se sustrae en absoluto.

Tras unos años inciertos en los que las procesiones dejaron todo el protagonismo a la Fiesta del Tambor, la Semana Santa, con las Cofradías e imágenes de la Pasión de Cristo vuelve a las calles de Moratalla para devolverle el esplendor pretérito.

Cuando los tambores dejan de sonar, la iglesia de Santa María de la Asunción saca a la calle sus procesiones, y las gentes callan, como requiere el momento. Es Semana Santa en Moratalla, un pueblo que sabe sacar partido a sus sonidos y a sus silencios.

Fotografías realizadas por J.L. Buendía para el Ayuntamiento de Moratalla.

Los primeros tiempos

En Moratalla las procesiones de Semana Santa se remontan a los siglos XVI y XVII. En esa época se piensa que sólo existían dos o tres cofradías que sacaran pasos a las calles. Lamentablemente no existe documentación necesaria para cubrir el periodo de tiempo transcurrido entre esos momentos y el siglo XX.

El siglo XX: el devenir indeciso de una fiesta que quiere volver a ser grande

A principios del siglo XX la Semana Santa de Moratalla, y en concreto sus procesiones, vivieron un auge particular debido a la 'rivalidad' existente, tanto entre cofradías religiosas, como entre ideas políticas.

De comienzos de siglo también se tienen noticias de la otra gran tradición que lleva intrínseca esta fiesta: el toque del tambor. Pero en esos años la Semana Santa moratallera sufrió diversos altibajos en su celebración.

Tras la Guerra Civil algunas cofradías no pudieron perdurar. Mientras otras se reformaron y las menos se reforzaron. Un nuevo aire trajo al municipio el impulso de Antonio Gómez Pellicer, cura párroco que llegó al pueblo en los años cuarenta.

Pero a finales de los años cincuenta de nuevo comienza una lenta decadencia de las cofradías, llegando incluso en los setenta  a desaparecer alguna Hermandad.

Un nuevo resurgir

Las procesiones de Semana Santa pasaron por una época de regresión, de la cual vuelven a resurgir a principios del siglo XXI, con el apoyo de las instituciones municipales y de las gentes de Moratalla.

La nueva meta es alcanzar la popularidad y aceptación entre los habitantes del pueblo, y los visitantes, que tiene la actual Fiesta del Tambor.