Características literarias
No se puede encajar a Alfonso Martínez-Mena en ninguna corriente concreta. Sigue su propio estilo a la hora de crear fantasías y ficciones. Es cierto que en sus textos existen elementos propios del realismo, la crítica social, la moralidad, el existencialismo y el costumbrismo, pero ninguno de estos principios define su obra. Él prefiere usar un lenguaje, unos personajes y unos ambientes populares. Ello le sirve de marco para que llevarnos a mundos imaginarios y poéticos. Es decir, combina lo popular y lo culto sin incurrir en ninguna contradicción.
Narrador contemporáneo
Es Martínez-Mena un escritor de relatos muy importante, perteneciente a la generación del Medio Siglo. Comparte con Aldecoa, Fernández Santos o Martín Gaite el gusto por las gentes sencillas y humildes, aunque al contrario que ellos, su obra no incide en el sentido social y crítico. Sus libros muestran optimismo y un gran apego a la vida y los sentimientos.
Sus relatos se dividen en dos grandes tipos. Por un lado, los que presentan una estructura tradicional, con la triple disposición: presentación, nudo y desenlace. Por otro lado, los relatos de carácter simbólico y hermético, que tienden a la complejidad formal y carecen de continuidad argumental.
Alfonso Martínez-Mena: La magia del cuento
Son temas recurrentes en sus cuentos la soledad, el recuerdo, el paso del tiempo y la muerte. En la mayor parte de estos relatos existe un personaje herido, insatisfecho o ignorado. Para este autor, el cuento y el poema son parecidos por las limitaciones de sus estructura, pero el cuento le resulta más sugerente por ser un mundo lleno de referencias en pocas páginas. En el fondo, Martínez-Mena es un poeta y como tal lo reflejan sus obras, aunque éstas no sean propiamente líricas.
Alfonso Martínez-Mena pertenece a la amplia lista de autores de cuentos murcianos (Francisco Alemán Sainz, Salvador García Jiménez, Miguel Espinosa, Asensio Sáez, Pedro García Montalvo, Antonio Núñez Molina, Juan García Abellán...) que pueden figurar en cualquier antología nacional por derecho propio.
Sin duda, ha sido en el ámbito de los cuentos donde el autor alhameño ha cosechado sus mayores éxitos, jalonados por casi todos los premios literarios de España. Cabe mencionar las colecciones El extraño (1967), Antifiguraciones (1977), Hombres con toro dentro (1984), Incidentario (1986) y Otrosí (1987), que lo elevan a los altares del relato breve, junto a Medardo Fraile, Fernando Quiñones, Meliano Peraile y Vicente Soto.
Alfonso Martínez-Mena novelista
Posee unas grandes dotes de narrador, tanto en el terreno de la novela psicológica como en el del realismo. Por otra parte, parece que sus novelas sean también, en cierto modo, cuentos, si bien más largos y densos, y con una independencia estructural.
Con Conozco tu vida, John (1969), Martínez-Mena ingresa en el ámbito de la novela corta, con influencia del surrealismo. En 1972 publicó El arca de Noé, novela juvenil de corte fantástico y extensión breve, en la que partiendo de la imaginación bíblica se expresa un mensaje solidario y humanístico.
A inicios de la década de 1970 publica tres novelas largas, completando así su ciclo narrativo, pues ya era bastante conocido como autor de cuentos y novelas cortas. Las alimañas (1971) es una novela realista en la que también están presentes creencias y supersticiones populares. Con Introito a la esperanza (1971) ganó el Premio 'Ciudad de Murcia' de novela en 1971. En esta obra el punto de partida es la amistad de tres amigos, enamorados de una misma mujer, lo cual da lugar a una serie de reflexiones morales sobre la guerra y la religión. Por último, El címbalo estruendoso (1972) versa sobre el egoísmo y la insolidaridad. En 1981, regresó a la novela corta juvenil con La tierra de nadie, Premio Nacional de Literatura Infantil de ese año.