Actas Capitulares
Las actas capitulares constituyen, junto a las ordenanzas municipales, los documentos administrativos característicos de los concejos medievales castellanos. Al ser expedidos por los órganos de gobierno locales atesoran como fuente una gran valía para la reconstrucción de los diversos aspectos de la vida dentro de las ciudades durante la Edad Media.
Las resoluciones de los cabildos que contienen, brindan información sobre la economía de las ciudades, especialmente en época de crisis cuando se regulaban metódicamente producción, comercio y consumo, en un intervencionismo que alcanzaba sus máximos niveles si aquella degeneraba en hambrunas o epidemias, aplicándose en estos casos estrictas disposiciones sobre almacenamiento de grano o cuarentenas.
La organización social de las comunidades locales también puede ser entrevista a través de las actas capitulares al contener datos precisos sobre los repartimientos de oficios, honores y cargos, cuya distribución refleja la preeminencia social de las distintas familias, así como las facciones existentes en la comunidad local y sus luchas de poder.
En el caso de existencia de guerras, muy habituales en la historia medieval hispánica, estos documentos plasman también detalladamente tanto las levas realizadas en las ciudades como las contribuciones económicas extraordinarias que estas dedicaban al esfuerzo bélico de la monarquía.
Estructura
Las actas capitulares observan una estructura uniforme en la que primeramente se dispone el encabezamiento que contenía , entre otros componentes, la exposición del lugar, fecha y hora en la que se había celebrado la sesión del concejo generadora del documento. Seguidamente, se desplegaba el cuerpo del acta, que era la parte más extensa, para concluir con el refrendo que añadía las firmas y rúbricas de la totalidad de la corporación municipal o, en su defecto, al menos del escribano y de quien hubiese presidido la sesión del Concejo.
Actas capitulares en la Región de Murcia
En la Región se conservan ejemplares de este formato documental que se remontan cronológicamente a los siglos XIV y XV, datando el más antiguo de 1364. Particularmente cuantiosa resulta la colección del archivo municipal de Murcia que contiene más de 42.000 actas con lo que supone numéricamente la más importante del conjunto de toda la Corona de Castilla. Lorca, por su parte, aún sin llegar a estos guarismos, también conserva en su archivo un número estimable de estos documentos, unos 1.400, que traducen la relevancia medieval de la localidad. En los archivos de otros municipios de la región también existen actas capitulares, el de Cartagena por ejemplo agrupa unas 20, aunque en un número prácticamente testimonial en comparación con los anteriores.