Hierba perenne, prostrada, de hasta 20 cm de altura, estolonífera, de tallos subterráneos, reptantes, aunque enterrados bajo la arena, con hojas habitualmente en roseta y agrupadas, reniformes (con forma de riñón), pecioladas, de color verde oscuro y nerviación radial dicótoma verde amarillento. Flores axilares, pedunculadas, con cáliz cubierto por dos piezas mayores (bractéolas), cóncavas, y corola infudibuliforme (con forma de embudo), grandes, de hasta 5 cm de diámetro mayor, bicolorea, en la que se alternan cinco bandas blancas longitudinales con zonas triangulares rosadas. Fruto de tipo cápsula, ovoide (con forma de huevo).
Hábitat y distribución
Planta exclusiva de arenales marítimos y dunas litorales, que presenta distribución cosmopolita, por la costa de los dos hemisferios del planeta y los cinco continentes. En la Región de Murcia es una especie rara y muy localizada, que se encuentra principalmente en La Manga. Ha sido indicada también en Calblanque (Cartagena) y Calnegre (Lorca).
Observaciones
La campanilla de mar o correhuela marina no está protegida, a pesar de la especificidad de su hábitat, limitado a las superficies de arenas de la franja costera más próxima al mar, permanentemente amenazado por la posibilidad de urbanización. Esta circunstancia ha propiciado que, en la flora regional, se indiqué como “especie en regresión”, por la progresiva destrucción y ocupación de los últimos reductos de arenales con vegetación natural; se ha convertido, verdaderamente, en una auténtica rareza en las arenas litorales de la Costa Cálida.
En este sentido, en territorio murciano solo cuenta con seis localizaciones conocidas actualmente, en Calnegre y La Manga; en una de las playas mangueñas está arrinconada a los treinta centímetros junto al muro de una vivienda, en otras dos, aunque crece en las dunas, tiene de compañera a una planta alóctona invasora, a la uña de gato (Carpobrotus acinaciformis), o está a merced de arenas alteradas y extremadamente móviles. En otra ubicación ha quedado confinada a crecer entre grandes rocas, las colocadas en la base de un gran muro de una vivienda, donde ha desarrollado tallos alargados, volubles, y hojas largamente pecioladas, extendiéndose de forma amplia fuera de las arenas de la playa, de donde ha sido expulsada por la continua “limpieza” de éstas. Por otro lado, paradójicamente, aunque en el Parque Regional de Calnegre crecía en arenas estabilizadas y delimitadas por bolardos de madera, la superficie con vegetación natural del espacio protegido de la Playa del Baño de las Mujeres fue roturada en 2019. Tuvo que tratarse de una lamentable acción de algún desaprensivo, quizá en desacuerdo con las medidas de conservación (limitación de accesos y otras) puestas en funcionamiento para salvaguardar el entorno de las playas naturales de la masificación veraniega.
José Antonio López Espinosa