Planta bianual o perennizante, de tallos pubescentes muy ramificados, de hasta 1 m o incluso 1,5 m en condiciones especialmente favorables. Hojas primero en roseta basal densa, grandes, de 15-40 cm de longitud, oblongas, lobadas irregularmente, muy pilosas, casi blanquecinas; las caulinares aplicadas al tallo, sésiles, o algo abrazadoras, pilosas, pero verdes, relativamente oscuras, de margen entero, onduladas y sinuosas. Flores zigormorfas, pero apenas, hasta tal punto que recuerdan simetría radial, con cinco piezas amarillo intenso, vivo y brillante, de 2-3 cm de diámetro, en cuya parte central destacan llamativos estambres, provistos de numerosos pelos violáceo-rojizos y algo blanquecinos en el filamento. Fruto de tipo cápsula, elipsoide y globosa.
Hábitat y distribución
Se encuentra en ambientes ruderales, principalmente vinculados a actividades humanas, como márgenes de cultivos y caminos, en campos en barbecho, donde puede abundar, etc. Planta mediterránea, ampliamente distribuida por la Península Ibérica, más frecuente en territorios cálidos, común en la Región de Murcia.
Observaciones
Destaca su gran roseta de hojas basales, aplicada o pegada al suelo, que desarrolla en su primer año, tan densamente pilosas, como cubiertas de borra, que captan gran cantidad de rocío durante las mañanas de los meses de otoño e invierno, apareciendo numerosos días –literalmente– cargadas de miles de gotas agua en su superficie durante las primeras horas tras el amanecer.
Por su carácter marcadamente termófilo presenta una floración tardoprimaveral, anunciando con sus primeras y después abundancia de flores que ha llegado el calor y pronto se entrará de lleno en el periodo más cálido y seco del año, anunciando en ocasiones la despedida adelantada de la primavera, y con ella de muchas otras especies herbáceas que irremediablemente se verán obligadas a concluir su ciclo biológico en la Murcia semiárida.
José Antonio López Espinosa