Areniscas silíceas y conglomerados fluviales indican una retirada del mar en el Eoceno, una discontinuidad.
Detalle de areniscas silíceas de Hondares. La cementación irregular originada por fibras radiadas de calcita origina los nódulos que resaltan por la fácil erosión de las partículas no cementadas.
Panorámica del valle de Hondares con sus dos cortijos homónimos. En primer plano lutitas rojas de principios del Mioceno.
Margas del Eoceno en la cima de Las Lomas, al fondo la casa en ruinas de Las Lomas. Los estratos están horizontales, es la charnela del pliegue de la Muela.
Un bloque enganchado entre las paredes de una grieta generada por la inclinación de un bloque de areniscas paleocenas.
La primera cascada donde se están formando travertinos por la precipitación de la cal sobre la vegetacón.
Detalle de la segunda cascada, donde la vegetación y la cal del agua están formando columnas, algunas móviles.
Panorámica del salto que forma las cascadas, calizas del Paleoceno. Rocas duras resisten la erosión del agua. Al fondo el escarpe donde nace el arroyo de Hondares.
Caprichosa bioturbación en forma de cruz, originada por organismos marinos que dejaron su huella en el sedimento. ¡Algo espiritual evocan estos paisajes geológicos!