Tras 5,5 km andando, el último lugar de interés geológico que nos reserva el barranco de Hondares, es el precioso paraje de los baños de Somogil, un remanso de paz, descanso y de buen baño.
En el estudio de las aguas minerales y termales de la Región de Murcia realizado por el Instituto Geológico y Minero de España en el año 2002 se incluyen como balneario o casas de baños de aguas minerales frías. Hidrogeológicamente lo engloban en el anticlinal de Socovos, y concretamente en el acuífero de Somogil. Dicen que la fuente hidrotermal corresponde a la salida natural del agua de los materiales cretácicos y paleocenos que forman el acuífero. El agua sale a una temperatura de 24 ºC y fluye hacia un escarpe de unos 10 m de altura, formando una cascada en los años de bonanza de lluvias. A los pies de la misma existe una poza de agua azul turquesa, 1,5 m de profundidad, y de ahí, conducida por unos canales de 0,5 m, se llevaba el agua a una balsa.
Todavía hoy día los lugareños recuerdan las casetas que se alquilaban a los bañistas, ahora en ruinas, si bien comentan que una mayoría dormía en improvisadas tiendas de campaña y que también tomaban el baño en las pozas naturales de las que emerge el agua termal, y en los veranos, la época más concurrida, se organizaban bailes muy animados. Disfrutaban alrededor de la diversidad geológica de su entorno. Los baños de Somogil, estuvieron abiertos hasta la década de los años sesenta del siglo XX.
Es interesante observar que en épocas más húmedas que las actuales, el manantial ocuparía más superficie y mayor caudal. Así los demuestran los numerosos y didácticos afloramientos de travertinos que existen en el entorno. Son restos de vegetales petrificados por la cal del agua y están adosados a las numerosas surgencias hoy ya desaparecidas.
El entorno está algo antropizado, sobre todo por la caseta de un antiguo sondeo que extraía el agua subterránea y que hizo que el manantial se secara. El manantial estuvo seco durante más de 20 años por la explotación del agua subterránea, pero en el año 2011, un año hidrológico en el que, por la inesperada abundancia de lluvias, el sondeo no fue explotado, la fuente volvió a renacer. Este fenómeno natural fue el revulsivo para proteger este patrimonio hidrogeológico e intentar que no se secara de nuevo. Los agricultores ya no utilizan el sondeo de Somogil porque la Confederación Hidrográfica del Segura hizo un nuevo sondeo a unos 300 metros aguas abajo del camping de La Puerta, donde hoy día se extrae, sin necesidad de bombeo, el agua subterránea suficiente para abastecer a la población de Moratalla, 50 litros por segundo.
Los balnearios más conocidos en la Región de Murcia están asociados a áreas termales, aguas calientes; así los balnearios de Archena, Fortuna y Mula gozan popularidad internacional. Sin embargo, en el periodo aproximado de los años 1850 a 1960, e incluso algunos hasta la década de los ochenta del siglo pasado, existieron muchos otros balnearios y sencillas casas de baños de aguas minerales frías, debido a las bonanzas terapéuticas que aportaban las aguas enriquecidas de los minerales de las rocas que atravesaban. La balneoterapia estaba de moda, y la talasoterapia, agua de mar, también. Hoy en día sus instalaciones se encuentran abandonadas y en muy mal estado de conservación. Además de Somogil, destacan Fuente la Negra y Fuenteálamo, en Yecla, Morrón y Campa, en Jumilla, Carraclaca y Fuensanta, en Lorca, Gilico, en Calasparra y Fuente de la Atalaya en Alhama de Murcia. Estos lugares forman parte de los usos tradicionales de la geodiversidad, del patrimonio geológico de la Región de Murcia, y deberían ser, en la medida de lo posible, protegidos y puestos en valor.