Medio rupícola
Este biotopo lo forman todas aquellas áreas en las que predominan los grandes escarpes y cantiles rocosos, así como los terrenos quebrados de calizas, areniscas,... etc., de superficie y volumen suficientes como para dar cobijo y ser hábitat de cría de la fauna. Este medio lo ocupan preferentemente las tan especializadas aves rupícolas y unas pocas especies de Vertebrados.
Estas estructuras rocosas puede que sean los puntos más llamativos de estas sierras, conformando un paisaje con una orografía agreste que marca una gran personalidad al entorno natural. Los roquedos, mas que un lugar donde vivir permanentemente los animales, son una morada segura para la reproducción, para refugiarse durante la noche y cobijarse de las inclemencias atmosféricas adversas o librarse de las agresiones humanas en estas abruptas zonas. Algunas especies afines a este biotopo también pueden estar presentes en otras unidades ambientales y en campos de caza en busca de alimento. Este caso lo tenemos con aves como el Avión común, Colirrojo tizón, Collalba negra, Roquero solitario, Roquero rojo, Cernícalo vulgar y Chova piquirroja, que no desdeñan construir su nido en cortijos abandonados en el campo.
Por contra, otras especies básicamente rupícolas son el Avión roquero, Vencejo real, Búho real, Águila real y Halcón común, aunque este último en numerosas ocasiones se presenta sobre el casco urbano y en cortijos para capturar alguna paloma doméstica. Este comportamiento deriva de la escasez de recursos tróficos en el monte (que también afecta a otros predadores), provocada por la excesiva presión cinegética a la que está sometido el territorio por parte de los cazadores.
Los Vertebrados alados son los más numerosos, pero no podemos olvidar la presencia de especies no menos representativas: Cabra montesa, Gato montés, Garduña y varias especies de Quirópteros. En los roquedos habita un reptil de amplia valencia ecológica: la Salamanquesa.