Santa Faz (Alicante)
Rama con hojas y frutos de argán (Argania spinosa)
José Antonio López Espinosa
Santa Faz (Alicante)
Frutos maduros de argán (Argania spinosa)
José Antonio López Espinosa

   Pequeño arbolillo de hasta 3 m de altura, que puede alcanzar los 10 m y convertirse en árbol en su región originaria. Presenta copa compacta y tallos de ramas leñosas y espinosas, intrincadas, que recuerdan a las de un espino. Hojas alternas, enteras, algo espatuladas, sin peciolo, pero más estrechas en su base, por lo general no mayores de 3 cm de longitud. Flores acampanadas, de simetría pentámera, pequeñas, poco aparentes y discretas –si apareciesen solitarias, pero lo hacen en gran número por toda la planta y al mismo tiempo–, de color amarillento o ligeramente verdosas. Fruto de tipo drupa, ovoide, de hasta 2,5 x 5 cm, amarillo en la madurez, con parte externa carnosa que recubre 2 o 3 semillas, agrupadas en una estructura rígida y leñosa.

Hábitat y distribución

   Planta endémica del territorio sahariano septentrional del suroeste de Marruecos, que puebla habitualmente terrenos pedregosos, en zonas inframediterráneas de marcada naturaleza o tendencia árida y subdesértica. En la Península Ibérica es especie cultivada, muy rara, sólo ocasional y puntualmente subespontánea, en Alicante. En la Región de Murcia se ha plantado –sobre todo en décadas recientes– por su excepcional singularidad, conociéndose únicamente un viejo ejemplar equiparable a los alicantinos en Molina de Segura.

Observaciones

   El argán (Argania spinosa) es un árbol fundamental de la cultura bereber y norteafricana. Es el famoso arbolillo salpicado de cabras equilibristas del que se obtiene un aceite muy valioso, con tantas propiedades medicinales y hasta cosméticas que ha sido denominado oro líquido. Entre los principales usos de la “nuez de argán”, además de servir como forraje para el ganado (principalmente cabras) y producir un aceite que sustituye al de oliva para cocinar, están los que se atribuyen a revigorizar el cuerpo, regenerar de la piel y su carácter estimulante o afrodisiaco.

   Su cultivo en España, en concreto en las secas y cálidas tierras del sureste, de condiciones similares a su lugar de origen, no ha arraigado, como sí ha ocurrido con otras especies introducidas en la época de dominación árabe en la Península Ibérica, que aún persisten, quizá porque no sea posible, intentos los ha habido y los sigue habiendo.

   De la fascinación que causaba y causa el argán son varios los viejos arbolillos conocidos, centenarios o casi centenarios, resultado de antiguos cultivos puntuales que sí tuvieron éxito, en las provincias de Alicante y Murcia. Los más citados son los ejemplares alicantinos, hasta hace unas décadas los únicos españoles, a los que hacen referencia Diego Rivera, en La guía de Incafo de las plantas útiles y venenosas de la Península Ibérica y Baleares (excluidas medicinales) (1998): “En la Península existe una localidad en la provincia de Alicante, donde sobreviven unos cuantos individuos cerca del mar” y Ginés López en la Guía de los árboles y arbustos de la Península Ibérica y Baleares (2007): “En Alicante (Rincón de Santa María), no lejos del mar, en lugares pedregosos y fisuras de roca, a unos 60 m de altitud, hay dos ejemplares adultos y varias plantas arbustivas”.

   Por ser los anteriores tan conocidos, resulta paradójico el descubrimiento del más longevo argán murciano, cuyo hallazgo o más bien conocimiento documentado no se produce hasta 2006. El demasiado tiempo ignorado y hasta la fecha único (y viejo) argán citado en Murcia, en Molina de Segura, muy cerca de la urbanización El Chorrico, lo encontró Rubén Vives de Viveros Muzalé, y aunque se encuentra en buen estado el entorno ha sido severamente alterado, porque incluso a escasos metros se han producido desmontes y terraplenes, lo cual no sólo desluce visita y fotografía sino que puede significar su desaparición deliberada en cualquier momento. Además, curiosamente, no fructifica y durante un lustro, o más tiempo, ha permanecido con follaje poco tupido, aparentando afección o escaso vigor, circunstancia que puede atribuirse y/o pudo deberse a su capacidad de defoliarse completamente en épocas muy desfavorables, porque en concreto en el ejemplar murciano brotaron numerosas hojas en otoño de 2014 –por las copiosas y súbitas lluvias ocurridas a finales de septiembre del año citado– que le permitieron regenerar una copa densa y lustrosa.

José Antonio López Espinosa