Campo de San Juan, La Rogativa, Revolcadores
Recorrer el municipio de Moratalla (961,3 kilómetros cuadrados) no es cuestión de una mañana. La Casa de Cristo, a nueve kilómetros de la villa, es el inicio de una excursión que fácilmente se lleva el día entero si es que se ha salido pronto, y en cualquier caso sólo será una parte del territorio moratallero. Quizás la más hermosa, la más agreste y la menos conocida.
Carretera adelante se llega al Campo de San Juan. A la izquierda habremos dejado la mole del Pajarón, con sus 1.558 metros, altitud similar a la del Morrón de Espuña. El Campo es una planicie circundada de montañas cada vez más elevadas. En el cerro de los Frailes, el pico de San Juan alcanza ya la cota de los 1.700 metros (1.699 para ser exactos). Próximo se halla el manantial de Cantalar, a casi 1.600 metros. Estas aguas se comercializaban, en garrafas y luego en botellas, en algunas localidades de la Región, y eran excelentes.
El Sabinar, en la divisoria con Albacete, es el reino de la sabina como su propio nombre indica. Especie singular, la sabina albar abunda en este rincón noroeste moratallero del noroeste murciano. Acompaña a la encima aunque también forma bosques puros y asimismo aparece dispersa.
Un folleto de la Agencia para el Medio Ambiente la considera "reliquia del terciario". Los malos tratos (pastoreo, talas, roturaciones...) son el peor enemigo de estos preciosos árboles de 8 a 10 metros, con algunos ejemplares de hasta 20 de alto y uno de diámetro.
La ermita de La Rogativa, en el lugar del segundo Aparecimiento, está necesitada de una restauración a fondo. Tiene una porchade con cubierta de teja de cañón que a veces se usa como aparcamiento de automóviles.
En los útimos días de mayo, el domingo, cientos de romeros acuden al pobre eremitorio. El llevarla en procesión por El Sabinar, Inazares, Puerto Hondo, Cañada de la Cruz y otras aldeas y caseríos se remonta en su origen a la creencia de que haciéndolo así, a la par que se la reza e implora, vendrán las lluvias a fecundar los campos.
Los mapas regionales no registran ni siquiera el trazo de la vía de penetración a nuestra primera montaña, la más alta, escondida y distante. El viajero que examina esos mapas desistirá de acercarse a Revolcadores, 2.027 metros según unos, 2.002, 2.004 y 2.011 según otros.
Se equivocan los mapas, omiten que hay carreterita suficiente. La subida a Revolcadores no está asfaltada, aunque el piso no es malo del todo. Se asciende en automóvil a más de 1.800 metros. La vista desde la cumbre es una maravilla.
Cabe ir a Revolcadores por La Rogativa o en la dirección contraria, desde Caravaca de la Cruz, carretera de la red nacional complementaria 330, por Barranda y El Moral, desvío a Cañada de la Cruz, y desde esta pedanía a Los Odres, a los pies de Revolcadores.