La utilización de las aguas del manantial del Cantalar se remonta más de 120 años (P-8). A finales del siglo XIX el Vizconde de Frías, seducido por las propiedades de sus aguas, solicitó la declaración de agua minero-medicinal, que fue concedida el 15 de enero de 1891, eximiéndosele de la construcción de un balneario, obligación que conllevaba dicha clasificación, debido a la dificultad de acceso al manantial y por la baja temperatura del agua, alrededor de los 10 ºC. En la actualidad se sigue comercializando y brota en torno a un litro por segundo.
Daniel Jiménez de Cisneros (1863-1941), nacido en Caravaca de la Cruz y naturalista-geólogo (Lcdo. en Ciencias Naturales por la Universidad Complutense de Madrid en 1887), escribió en sus notas de campo “Excursiones por el oeste de Caravaca”, publicadas en 1908 en el tomo VIII (pp. 67-75) del Boletín de la Real Sociedad Española de Historia Natural, lo siguiente:
“Al NE. de Hoya Alazor se encuentra la Fuente del Cantalar, de excelentes aguas para combatir la litiasis úrica, y más conocida en el extranjero que en nuestro país, pues, me aseguran que se consume mucha en París. Continué la marcha hacia la Fuente, porque pensábamos pasar la noche en la casa del guarda, y cerca de la puesta del sol llegamos a las cumbres de esta parte de la sierra, en cuyas proximidades encontramos una mancha muy reducida de Triásico superior, constituida por margas irisadas y yesos. El sendero continúa entre peñascos hasta llegar a una pequeña garganta, desde la cual se domina el profundo corte de la Sierra del Cantalar, en cuyo fondo brotan las aguas medicinales. Una senda, en extremo molesta, conduce en ziszás hasta cerca del fondo de la quebrada, y dando un gran rodeo, después cruza el barranco y lleva a la casa de la Fuente. La impresión que produce este edificio es en extremo agradable: un pequeño chalet, adornado con un bello torreón central, construido al pie de enormes peñascos, coronados de bosque, contrasta con aquella naturaleza bravía. La casa se ha edificado de modo que encierra el manantial, y en una de las habitaciones interiores termina una cañería, vertiendo la sobrante al fondo del barranco, en donde se mezcla con las aguas que éste lleva. Me habían hablado mucho de estas aguas del Cantalar, y en efecto, son excelentes; pero hay que beberlas muy despacio, porque tienen una temperatura muy baja. Se envían en barriles de unos 15 a 20 litros, cerrados con candado, aumentando su consumo a medida que son más conocidas. Pasamos la noche en la casa del guarda, y aunque la cena fue muy escasa, la buena voluntad y el aseo que reinaba en su domicilio, suplieron la deficiencia. Este lugar está situado a mucha altura, así es que, poco después de puesto el sol, pasamos algunas horas al lado del fuego. “
¿Por qué brota el agua aquí? Esta pregunta se responde viendo las rocas que hay cerca de la puerta de entrada del recinto de la envasadora, donde ya hay un pequeño manantial. Aquí aparecen estratos de margas y margocalizas impermeables del Cretácico y sobre ellas, las dolomías y calizas permeables más antiguas, del Jurásico, un acuífero colgado de entorno a 1 km2, según algunos hidrogeólogos. Es decir, el agua se infiltra por las rocas permeables y cuando encuentra a las rocas impermeables discurre en horizontal saliendo a la superficie por la ladera de la montaña. Pero además hay más rocas impermeables que impiden la circulación vertical del agua, en la zona hay un cabalgamiento que ha causado que las dolomías de su base se trituren y adquieran una menor permeabilidad. Este movimiento se ha visto también favorecido por la presencia de otros materiales impermeables, muy plásticos que lubrican la zona de rozamiento, favoreciendo el movimiento, los materiales margoso-yesíferos del Triásico.
¿Qué composición química principal posee el agua? Las características hidroquímicas de las aguas de manantial nos cuentan el recorrido subterráneo que han hecho. El agua disuelve parte de las rocas por las que pasa y éstas le donan su composición química. Es obvio que el agua del Cantalar, por circular subterráneamente por calizas y dolomías, tiene una composición principal bicarbonatada cálcico-magnésica, aunque también ha adquirido pequeñas cantidades de aquellos elementos más solubles de las rocas impermeables, sulfatos y cloruros de las margas triásicas y cretácicas.