1.- La agricultura, el trabajo en pleno campo, la sementera, abrir surcos en la tierra, cuidarla, amarla, ha sido su pasión secreta y palpitante, y así lo expresaría en años después en casi todos sus versos:

"La tarde muere olorosa,
y vienen los campesinos
soñando por los caminos,
besos de madre y de esposa.
Con el alma fatigosa
de sembrar mieses y espinos,
llevan los cuerpos cansinos
y la sonrisa gozosa.
Y a mí que no tengo suerte,
ni esposa, ni amor, ni madre
y me duelen mil fatigas,
solo me espera mi muerte
cuando termine mi tarde
y me siegen mis espigas…
"


2.- Presentaba aquellos versos para intentar publicarlos en la recién nacida revista Mar Menor que llevaba el nombre de nuestra entrañable mar pequeña

"Yo sabia que la noche del Mar Menor
es una flor de cristal,
con cien pétalos de luna
Y mil perfumes de sal…
Y de la mano de Joaquín Ferrandiz, vieron la luz mis primeros versos”


3.- El programa, comenzaba con un poema de Carlos Fuentes Peñafiel, y a continuación se hacia un homenaje a un escritor o poeta, su biografía, sus poemas, etc..; Al llegar la Primavera de 1961 realizó un programa especial:

Ha estallado la Primavera.
Y las flores y los pájaros lo dicen jubilosamente.
Y hasta el sol alumbra mas.
Ha estallado la Primavera y el Maestral se ha detenido.
Ha estallado la Primavera como una marcha triunfal.
Después de una melancolía, lánguida y triste
…”


4.- Durante la década de los 60, acapara, gran parte de los premios literarios en la comarca de Cartagena y provincia, obteniendo galardones en Torre Pacheco, Cehegín, Orihuela, Los Alcázares, Torres de Cotillas, Algezares…. Ofrece conferencias y actos culturales por toda la región y es en esta época cuando sus poemas alcanzan más intensidad literaria:

"Tu viento:

Tú me quiebras la luz de mi poesía
Con la pena rotunda de tu viento
Y me rompen los aires de tu aliento
La agonía de paz de mi agonía
Y bailando en el sol de tu alegría
Se me duermen las dalias de tu acento
Y oscurecen la fé del pensamiento
Cual la nube la luz del mediodía
Y pensando en las veces que te lloro,
Y llorando en las veces que te espero
Yo no se que daría por tenerte
Que unas veces soñando que te imploro
Y otras veces dudando que te quiero
Perderte desearía sin perderte".


5.- En el año 1.987 le otorgan el Primer Premio de Poesías de Amor en el XXI Certamen de poesía  homenaje a Antonio Gala en Bollullos del Condado, Huelva con el siguiente poema titulado: “Canción del amor compañero”

Esposa,  tu que has visto las mañanas
despuntar a mi lado soñolienta.

Tú que has ido abrazada a mi cintura
caminando caminos y veredas

Tú que ríes,  brillante en mi alegría
Y te pones oscura con mi pena,

dime si has visto amor como mi amor
Ni querer como el tuyo, compañera

He cavado tu huerto y lo he regado
Con la fuente verdal de mis arterias.

He buscado mis hijos en tu carne
Con mis manos antiguas y labriegas

y he encontrado mi sangre prolongada
En el fruto ventral de tu cosecha.

Tú me has ayudado a hacer mi lucha
Mas suave, mas digna mas ligera

Y sofocas mi lumbre en la almohada
Con tu tibio manantial de miel morena.

Te bendigo mujer, por que eres mía,
porque eres abnegada y estás cerca

de mi vida, en la paz y en el peligro;
porque hueles a verano y sementera

y tu pelo es desierto como el trigo
y es morena tu piel,  como la avena.

Porque me das las sábanas y el vino
Calientes de tus manos y tus venas

Porque pasas las noches abocada
A la cuna, con fiebre, vela en vela

Ocultándome lagrimas y miedos,
compañera, mujer bendita seas

Y benditas tus manos cereales
Que acarician mi dura primavera

Y benditas las verdes mariposas
de tu vientre y las mieses de tus eras.

Yo te bendigo,  amor,  porque tu sabes deshacer
con tus labios mi tristeza

cuando llego nocturno y resentido
de los hombres,  los vientos y la tierra.

Yo te bendigo,  amor porque sonríes
Entre tanto dolor y tanta fiera,

tanta cicatriz y tanto aullido
entre tanta mentira y tanta niebla.

Yo te bendigo amor, porque te quiero,
Porque siempre me habitas y me alientas

y cerrarás mis ojos una tarde
Cuando se esconda el sol por la arboleda,

Yo te amo, mujer, copiosamente
Y acaricio la sombra de tus huellas,

Y me asomo a tus ojos campesinos
Para buscar, de bruces, las estrellas

Yo te amo mujer copiosamente;
que eres en mi sed el agua fresca,

Y te busco en los ojos de mis hijos
Y te encuentro en mi voz sin darme cuenta.

Y te encuentro en la flor de los almendros
y en el coito vegetal de la palmera.

Y te hallo en la verde geometría
del trigo, del naranjo y de la higuera.

Cuando me vaya,  amor, cuando me vaya
Y me lleves tus flores, compañera,

Al sentir tu pisada y tu suspiro
Mi sangre cantará bajo la yerba.

Y oirás,  -como un rumor de abejas blancas-,
Compañera mujer, bendita seas…!.