El origen de la presencia humana en Aledo
La Prehistoria y la Edad Antigua de Aledo han sido escasamente estudiadas. Los yacimientos en los que se han constatado las primeras huellas humanas no han dado grandes hallazgos pero, sin embargo, permiten afirmar los orígenes remotos de la presencia del hombre en las estribaciones de Sierra Espuña y de la Sierra de la Tercia. Del Paleolítico Superior es el yacimiento del Cabezo de las Cuevas, un abrigo que sirvió de hábitat a los primeros pobladores del entorno del actual Aledo. De época argárica son Los Allozos II (alquería de la pedanía homónima) y el Cabezo de la Rambla de Molinos. Este último sería un típico poblado argárico, situado en un cerro que le concedía defensas naturales y una posición de privilegio para controlar el paso de personas, rebaños y mercancías.
Aledo en época romana
En este periodo destacan las villas en fincas de explotación agropecuaria, como por ejemplo la de Los Allozos, Huerta Nueva y Juncarejo. También existían algunas obras públicas relacionadas con el regadío, como la Balsa de Venta Meras. Destacar, además, la importancia de la necrópolis del Caño. Estos yacimientos prehistóricos y romanos coinciden en el emplazamiento elevado en el que se situaban, para defenderse y controlar las rutas de comunicación. Además, su economía se basaba en la agricultura. Ello dibuja un panorama de supervivencia y adaptación a un terreno agreste como el de Aledo, que no adquiriría su esplendor hasta muchos siglos después con los asedios de la Reconquista cristiana. Es en ese momento cuando Aledo surge como núcleo urbano.